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Es todo un personaje. Posiblemente una de las más grandes figuras de la música moderna. Un vida compleja de búsqueda de algo más. Su nombre: Richard Melville Hall, aunque todo el mundo lo conoce como Moby.
No me gustan las etiquetas y Moby es un gran ejemplo de que a las personas es muy difícil etiquetarlas. Descediente del autor de Moby Dick, nació en 1965 en Harlem. Su padre murió cuando tenía dos años en un accidente de coche relacionado con el abuso de alcohol. Su madre, una hippie trabajadora que fumaba marihuana, pintaba y andaba con músicos. Una infancia difícil y descontrolada.
Aprendió a tocar la guitarra y empezó a formar grupor de Punk. Sus nombres son graciosos: “Los Comandos Vaticanos, Escuadrón de Ataque para Dios o La Fraternidad”. Incluso Hijo del Vudú se llegó a llamar. Comienza la música House, se hace pinchadiscos, juega con sonidos electrónicos y compone. Se va agrandando su figura y se hace de oro. Su llegada a la cima le destrozó: adicciones, drogas, sexo, depresión e intentos de suicidio.
En todo esos momentos alguien le sostuvo. Moby descubrió el cristianismo de joven, le encantaba la música gospel y se enamoró del Nuevo Testamento. Se considera un cristiano, él dice que poco convencional. Dice que es un enamorado de Cristo y que aunque intenta vivir según sus enseñanzas, muchas veces fracasa. Por eso dice no merecerse llamarse cristiano.
En una entrevista en El País explicaba que odiaba la idea de un Dios que castiga". Decía que ya uno es suficientemente "castigado por sus pecados, cuando la vida es dura, corta, brutal y difícil". Porque ¡la gente ya se siente mal, tal y cómo es!".
Se que alguien estará pensando... pues vaya ejemplo. Hoy estas palabras cobran un especial sentido porque es el Domingo de la Divina Misericordia. Tiene razón Moby: Yo también odio esa idea de un Dios castiga. Más bien pienso que Dios siempre perdona.
No seré yo quien juzgue la vida de un cantante en continua búsqueda con una vida marcada por situaciones personales muy complicadas. En una entrevista Moby declaraba: "Oro todo el tiempo" y afirma que pide: "sencillamente que se haga la voluntad de Dios y no la mía".