Era la noche del 11 al 12 de abril de 1997: un incendio en la catedral de Turín amenazaba con arrasar la Sábana Santa. La imagen del bombero con el rostro transfigurado por el miedo y el cansancio, que salva el lienzo sagrado, dio la vuelta al mundo. Ese hombre era Mario Trematore, ahora retirado.
"Llevaba una vieja campera de montaña"
En su mente, aquella noche de hace veinticinco años sigue viva. “Estaba en casa con mi esposa, no estaba de servicio. Hace 40 años que vivimos encima de la iglesia de la Gran Madre de Dios y fue mi mujer quien vio el fuego desde la ventana. Llamé al cuartel, me dijeron que se había producido un incendio entre el Palacio Real y la Catedral. Me puse una vieja chaqueta de montaña, que tenía el emblema de los bomberos en el brazo, e inmediatamente corrí en ayuda de mis compañeros», contó Mario al Corriere di Torino (8 de abril) .
"Rompimos el relicario con los palos"
Los bomberos entendieron que el riesgo de derrumbe de la cúpula de Guarini era muy alto. Al caer, los bloques de mármol habrían hecho añicos el relicario con la Sábana Santa. «Entramos a la Catedral, con los palos rompimos el relicario, agarramos el ostensorio de madera y plata. Y salimos a toda prisa: fue una emoción indescriptible ».
El barroco de Turín
Hay una imagen de Mario Trematore que ha dado la vuelta l mundo: el que tiene el ostensorio de la Sábana Santa sobre sus hombros. «En esos momentos -dice el bombero jubilado- solo piensas en controlar el fuego y no morir. Pero conocía el valor del paño sagrado: en la Universidad había hecho curso sobre el camino secular y religioso del barroco de Turín. Recuerdo que fui al Duomo porque quería fotografiar la Sábana Santa. Evidentemente no era posible y me aconsejaron que comprara unas fotografías. Compré unas diapositivas, todavía las tengo. Por eso sabía lo importante que era salvarlo: no sólo por su valor religioso, sino también por su valor histórico-cultural».
El grupo Mandylion
Después del incendio, algo dentro de Mario cambió. Nunca había sido un practicante de la Iglesia, pero creyente sí. El rescate de la Sábana Santa, sin embargo, lo dejó conmocionado. Así comenzó un viaje interior. “He seguido un camino, pero no me he convertido en un santo como algunos podrían pensar. Fundé un grupo llamado Mandylion, que en griego antiguo significa lienzo, como la Sábana Santa. Nos reunimos una vez al mes. Nuestro guía espiritual es un padre del santuario de la Virgen de la Consolación, Fabio Malese».
El mejor día para Mario
La Sábana Santa se salvó en un día que marcó a Mario para siempre. ¿Fue este el mejor momento de su vida? Él confiesa al Corriere di Torino que hubo un día aún más importante en su vida. «El 8 de junio del 82. También entonces estaba en la iglesia, pero en ese caso esperaba a mi futura esposa en el altar. Cuando vi entrar a Rita pensé en lo hermosa que era y en la suerte que tuve. Ese fue el mejor día de mi vida. Tampoco me olvido de cuando nació mi hija».