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“Se aprende más en el dolor y en sufrimiento que en la prosperidad”. Aquí el mensaje en su cuenta de Twitter, el pasado 13 de abril. Ángela Hernández, una joven madre, conoció el dolor de la enfermedad durante casi tres años y se convirtió en símbolo de los valores cristianos y de la lucha contra el cáncer.
“Admiración por esta Mujer valiente y empoderada, una gran defensora de los bebés No Nacidos, de la Mujer, del derecho a la Educación de los Padres a sus hijos, ¡de la Familia!”, escribió Amada Rosa Pérez, exmodelo y defensora de la vida, al lamentar su fallecimiento, el pasado primero de mayo.
Ángela supo que tenía cáncer de seno en 2019: “Ese día me miré a mí misma, me miré al espejo y me dije ‘tú puedes´. La vida es un regalo muy lindo y toca luchar por ella”.
Desde entonces no dejó de emprender acciones y hacer constantes llamados en sus redes sociales para que las mujeres se practicaran el autoexamen, a la par que iba contando avances de su tratamiento, siempre junto a su esposo, Jefferson Vega.
“Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”
En una entrevista a un canal local de televisión, a finales del 2020 compartió el principio rector de su vida:
“Dios está a cargo de mí. Tengo la certeza de que el amor de Dios me cubre, me da la paz y la fuerza”.
Esa convicción y la vida de oración le dieron fuerza para resistir su segundo cáncer, en la médula ósea, diagnosticado a mediados de 2021 y del que no se pudo recuperar totalmente.
A pesar de su gran fe, a Ángela le preocupaba su pequeño hijo de tres años, Óscar David, a quien le dejó escrita la memoria de su vida, para que creciera rodeado de ella:
“La vida es efímera. Es silenciosa y rápida. No sé cuánto tiempo tenga la oportunidad de estar aquí. Solo me queda decirte que te amo. Te dejo este libro, la memoria física de mi amor, para mi amado hijo Óscar David. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”.
Junto a su esposo y a su familia vivió con optimismo los últimos años, gran parte de ellos hospitalizada y, mientras su salud se lo permitía, daba entrevistas en las que se mostraba “feliz de este nuevo día que Dios nos regala, viviéndolo, disfrutándolo con amor, con alegría”.
No le faltaba el buen ánimo, incluso en los peores momentos. Así se dejaba ver en videos que publicaba: bailando con su esposo desde la silla de su habitación, contando la evolución de su tratamiento siempre con una sonrisa o promoviendo La Gira Rosa, su campaña de prevención para que cada día Colombia sea un territorio libre de cáncer de mama.
A Jefferson, quien fue su ángel guardián y su apoyo en la enfermedad, no dejó de manifestarle su amor y recientemente le dedicó un sentido tuit que tuvo cientos de comentarios: “Le pedí a Dios un esposo que me amara, y que fuera mi apoyo para cumplir mis sueños. Dios me dio más, me dio un ángel llamado Jefferson”.
Él no dejaba de manifestar su admiración por ella, una mujer fuerte y valiente, a quien llamaba “la niña, la reina, la modelo italiana” y contaba con orgullo que sustentó desde el hospital su tesis de Maestría en Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales y desde la misma cama se graduó el pasado mes de marzo.
Él recuerda las dudas cuando empezaron el noviazgo y así lo contó al periódico Vanguardia de Bucaramanga:
“Éramos muy diferentes, ella una citadina, abogada, política. Yo un veterinario, campesino, que quería vivir mi vida al lado de los caballos y las vacas. Yo sabía que ella me quería, me amaba, pero no quería truncar su proceso”.
Sin embargo, Ángela se enamoró de él y del campo. Y siguió su carrera política: fue concejala del municipio de Floridablanca, diputada y candidata a la gobernación del departamento de Santander.
Defensora de la vida
Otra de sus cruzadas fue la vida de los niños por nacer. Atacó directamente el aborto, que consideraba “un tema de sentido común, no es de izquierda, no es de derecha. No es de religión, no es de filosofía, es un tema que nos compete a todos como sociedad”.
“El valor de una vida no se mide por semanas, la vida es un continuo y cuando la "interrumpen", la matan”, escribía mientras se daban en Colombia los debates en la Corte Constitucional, organismo que el año pasado despenalizó el aborto hasta la semana 24 de gestación.
“¿Qué clase de país permite que hayan leyes que aprueben el asesinato de los niños? Cuando los niños es lo más sagrado que tenemos. Este, que es un país de valores, de temor de Dios, de amor hacia la niñez, tiene que hacer un pronunciamiento vehemente”, aseguró en un video que ha vuelto a circular en las plataformas digitales.
La muerte de Ángela Hernández ha sido muy lamentada, así como son valorados los mensajes que dejó y las iniciativas que impulsó. La confianza de su familia está en Dios, a quien ella entregó su vida:
“Mi vida no depende de una enfermedad, depende de quien la creó, Dios. En esa paz espiritual uno encuentra la fuerza para levantarse”.