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La enfermería es tanto una vocación como una profesión, y una enfermera ha encontrado una hermosa manera de brindar atención amorosa a sus pacientes, incluso cuando no está trabajando.
Brooke Johns es enfermera de la sala de emergencias del Hospital Southern Hills en Las Vegas y, en sus días libres, regresa al hospital para peinar a los pacientes y pasar tiempo hablando con ellos.
Este simple acto de cepillar y trenzar el cabello es un poderoso momento de conexión humana. Johns dijo a "Good Morning America":
Johns ha sido enfermera durante unos tres años y comenzó a trabajar como voluntaria hace aproximadamente un año. En ese tiempo, ha cuidado el cabello de más de 100 pacientes.
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Es comprensible que a algunos pacientes les resulte difícil aceptar la idea de que les está peinando gratis, simplemente por la bondad de su corazón. Ella explicó a USA Today:
A menudo, nuestro tiempo y atención son los regalos más generosos que podemos dar. La historia de Johns muestra de manera hermosa la diferencia que pueden hacer estos obsequios. Ella es un ejemplo de cómo servir y amar a los demás en los momentos ordinarios de la vida cotidiana.
Su historia también muestra la importancia de la profesión de enfermería. El Papa Francisco ha hablado de la enfermería como vocación:
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La enfermería es realmente “una vocación, una dedicación”. Las enfermeras realizan muchos actos silenciosos de heroísmo que pocas personas conocen o ven.
Como tantas enfermeras, Johns es heroica y compasiva. Ella muestra cómo los actos más simples pueden ser los que marcan la mayor diferencia en la vida de los demás.