Pensativa se miraba a sí misma en el espejo. Entonces la psicoterapeuta le preguntó: ¿cómo pasó esto?
-Fueron diez años. Él me ama. Pero tengo que cuidar de mí ahora. Mi papá me decía: nunca deberíamos arrepentirnos de las cosas que hacemos o de las cosas que no hacemos. Pero tuve un aborto y no sé lo que es eso, es algo que hice o algo que no hice.
Las palabras anteriores corresponden a una escena que se encuentra dentro de la película “Las cosas que pasan”.
Escribo sobre el aborto no desde el punto de vista periodístico sino como una persona que sabe –ahora- lo que es y que ha visto llorar angustiadas y con un enorme sentimiento de culpa a muchas mujeres como consecuencia de haber abortado. El caso Roe v. Wade que aprobó el aborto en Estados Unidos está a punto de ser revocado de nuevo por la Corte Suprema de este país. Esto ha provocado una reacción violenta entre los activistas que opinan que una mujer puede elegir si trae o no un hijo al mundo.
Mirarse en el espejo y comprender que hay una herida
Esto es lo que le pasa después de un tiempo a la mujer que ha abortado y en su momento no es consciente de lo que esta acción (decidir dar o quitar la vida) impactará en su relación y en ella misma. Mucho menos es consciente de los efectos psicológicos y del alma que esto trae consigo.
Hace algunos meses en España, estuve aprendiendo junto a un sacerdote jesuita, cosas importantes en torno a las heridas, la psiquis y el alma. Él decía en una de sus ponencias tres cosas que me parecen perfectas para ahondar un poco más en las heridas que el aborto deja no sólo en la mujer sino también en el hombre.
El padre decía: "Hay cosas que pasan, otras que nos pasan y otras que nos traspasan". Abortar es algo que nos traspasa, pues deja huellas imborrables en la psiquis, la consciencia, el alma que nunca se podrán borrar. Por eso, la herida del aborto sólo la gracia de Dios la puede curar para que permita vivir con paz. Sin embargo, creo que esta herida terminará de cicatrizar hasta ese momento en que se pueda estar cara a cara con ese hijo que se abortó.
Pero, ¿qué consecuencias trae a la pareja la decisión de abortar?
"Pero tuve un aborto y no sé lo que es"
¿Tienes 14 , 17, 19, 25, 35 años y has abortado? ¿Te llevó tu amiga, tu propia madre, tu novio o tú misma tomaste la decisión de abortar? ¿Sabes que hiciste algo pero no sabes lo que has hecho?
Te comprendo. La ignorancia en torno a la belleza de ser persona, de ser mujer y de ser elegida para portar la vida ha sido tu mayor enemigo. Pero te han empezado a pasar cosas: no quieres levantarte de la cama; peleas constantemente con tu novio; la relación con tu madre se volvió violenta; aquella amiga que te llevo a abortar te traicionó. Además estás deprimida, tienes adicción a la comida, te masturbas, tienes ataques de pánico... Lo que pasa es que estás medio muerta y no lo sabes.
Esto es lo que tienes que hacer
Corría el año 1994 cuando la hoy santa Teresa de Calcuta pronunció estas palabras en el Desayuno Nacional de Oración en los Estados Unidos: “La amenaza más grande que sufre la paz hoy en día es el aborto, porque el aborto es hacer la guerra al niño, al niño inocente que muere a manos de su propia madre. Si aceptamos que una madre pueda matar a su propio hijo, ¿cómo podremos decir a otros que no se maten? ¿Cómo persuadir a una mujer de que no se practique un aborto?”.
¿Eres una mujer, un hombre que ha perdido la paz? ¿Quieres saber qué significa lo que has hecho y te has hecho?
Busca ayuda.
Puedes escribir a consultorio@aleteia.org