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Localidades peruanas como Arequipa e Ica se han visto sacudidas en los últimos días por disputas vinculadas a la actividad minera que derivaron, por ejemplo, en el fallecimiento de 14 personas y dejaron decenas de heridos.
En el caso de la región andina de Arequipa, según reportaron medios locales y agencias como AFP, el enfrentamiento comenzó el fin de semana. Detrás, un yacimiento de oro y cobre. Se dio en un sector conocido como Huanaquita entre grupos rivales. Estos conflictos son señalados como frecuentes en zonas remotas de Perú y por lo general suelen estar acompañados por una presencia casi nula del Estado.
En las últimas horas también se informó que fueron detenidos 31 mineros y fueron decomisadas armas de fuego, chalecos antibalas, entre otros.
Con respecto a lo sucedido en Ica, la pelea entre trabajadores de una empresa en la mina Saramarca dejó también como resultado tres personas heridas. Entre los afectados había un policía, se agregó.
¿Qué dijo la Iglesia?
A raíz de estos episodios de violencia relacionada a una actividad que forma parte del motor de la economía de Perú como es la minería (es uno de los mayores productores mundiales de pata, oro y cobre), la Iglesia emitió un pronunciamiento . A través del mismo se expresa “cercanía y solidaridad” con los familiares de las personas heridas y se ofrece el pésame por los fallecidos.
“Es preocupante que estos conflictos entre grupos de mineros artesanales e informales no hayan sido identificados y atendidos a tiempo por los organismos gubernamentales y regionales competentes”, indica parte del comunicado firmado por Miguel Cabrejos, presidente del CEP.
“Exhortamos a la Presidencia del Consejo de Ministros, a los Ministerios y al Congreso actuar con celeridad y eficacia para abordar esta problemática de manera integral y no lamentar más pérdidas de vidas humanas. Recordemos que toda vida humana es sagrada”, se agrega.
El pedido de mediación en Las Bambas
Mientras persiste el dolor por lo sucedido en Ica y Arequipa, en los últimos días otro conflicto minero se instaló como tema de debate en Perú. En este caso, la mina de cobre Las Bambas (región andina de Apurímac) explotada por la compañía china MMG. La mina tenía paralizada sus operaciones desde hace más de 50 días por tensiones con las comunidades locales.
Debido a la importancia de este conflicto, que implicó también ataques en las instalaciones y agresiones contra el personal de la empresa, desde el gobierno peruano se lanzó un llamado de mediación a la Iglesia. La respuesta de la Iglesia fue favorable al diálogo, pero también exigió que el pedido sea de todos los involucrados: empresa, comuneros y gobierno.
En ese sentido, quien volvió a hacer referencia a la disposición de la Iglesia para encontrar una salida al conflicto fue el propio Cabrejos. Sin embargo, en una entrevista reproducida por la Iglesia de Perú también recordó que no se había precisado bien cuál sería el papel en ese conflicto social. “No está claro lo que pide el Gobierno. ¿Mediación o una simple participación como oyente o veedor? Si es solo para acompañar un proceso, no tiene sentido”, expresó.
En tanto, también se recordó que la Iglesia de alguna manera está participando en ese conflicto mediante el acompañamiento y la escucha.