En la audiencia general del miércoles, 22 de junio de 2022, el papa Francisco invitó a no entrometerse en la vida de los demás. Y mencionó el “arte” de la buena “despedida” por parte de los mayores que, en cambio de ocupar espacios, pueden acompañar el crecimiento de los más jóvenes.
El Pontífice llegó hoy a la Plaza de San Pedro de pie, no en silla de ruedas, como se le había visto en las últimas imágenes, a causa de una gonalgia (dolor intenso en la rodilla derecha). Se movió apoyado con un bastón. Algo que había alimentado “murmuraciones” sobre su renuncia y que "no le pasa por la cabeza" (21.06.2022).
En la catequesis de hoy, el Papa reflexionó sobre el diálogo de Jesús con Pedro, que está al final del Evangelio de Juan (Jn 21,17-18). “Se trata de un coloquio directo y abierto entre el Maestro y el discípulo, basado en la verdad y la libertad”.
Aprender a despedirse y dar espacio a los jóvenes
El Papa comentó este pasaje, en el que dijo “encontramos” referencias a la “ancianidad” y reflexionó sobre lo difícil que es para los mayores aceptar la fragilidad y dejar de ser protagonistas.
E instó a preguntarnos: “¿disponemos de una espiritualidad realmente capaz de interpretar la época -ahora larga y extendida- de este tiempo de nuestra debilidad confiada a los demás, más que al poder de nuestra autonomía?
¿Cómo permanecer fieles a la secuela vivida, al amor prometido, a la justicia buscada en el tiempo de nuestra capacidad de iniciativa, en el tiempo de la fragilidad de la dependencia, de la despedida del protagonismo de nuestra vida?, añadió.
El Papa, 85 años, miró al publico de fieles y peregrinos y dijo: “No es fácil dejar de ser protagonista, no es fácil.”.
“Este nuevo tiempo es también un tiempo de prueba, ciertamente. Empezando por la tentación - muy humana, sin duda, pero también muy insidiosa- de conservar nuestro protagonismo. “¿Y él?”, dice Pedro, viendo al discípulo amado que le seguía (cf. vv. 20-21)”.
¿Entrometerse en la vida de los demás?
Entonces, el Papa pidió en esa etapa de la vida no meterse en la vida de los otros. “Entrometerse en la vida de los demás. Y no: Jesús dice: “¡Cállate!
Y explica que seguir a Jesús es olvidarse de ocupar espacios. Y ante los demás no preocuparse de cuestiones: “¿Debe ocupar "mi" espacio? ¿Debe ser mi sucesor? Son preguntas que no sirven, que no ayudan”.
“¿Debe durar más que yo y ocupar mi lugar? Y la respuesta de Jesús es franca y hasta áspera: "¿Qué te importa? Sígueme" (v. 22), como si dijera: ocúpate de tu propia vida, de tu situación actual, y no metas las narices en la vida de los demás. Sígueme”.
Jesús: Sígueme
Francisco señaló lo importante es seguir a Jesús: “en la vida y en la muerte, en la salud y en la enfermedad, en la vida cuando es próspera con muchos éxitos y en la vida también difícil con muchos malos momentos de caída.”
“Y cuando queremos meternos en la vida de los demás, Jesús nos responde: " ¿Y a ti qué te importa? Sígueme”, anotó.
En la ancianidad, el Papa insiste que “Jesús advierte a Pedro que, con el paso del tiempo, tendrá que aprender a seguirlo teniendo en cuenta su propia fragilidad, que lo limitará en su acción e, incluso, en ciertos aspectos, lo llevará a depender de los demás”.
Entereza en la vida espiritual ante la fragilidad
El Papa que ha tenido que usar bastón y silla de ruedas por recomendación de los médicos a causa de su dolor intenso a la rodilla derecha, invitó a la coherencia, a pesar de la fragilidad.
“En cada etapa de la vida tenemos que conocernos y aprender a ser coherentes, contando con nuestras fragilidades y limitaciones”.
Para ello, insistió el Papa, “necesitamos, sobre todo en la ancianidad, una espiritualidad que nos ayude a mantenernos fieles al seguimiento de Cristo hasta el final”.
Asimismo, instó a saber “dar espacio a las jóvenes generaciones que vienen detrás de nosotros; y a agradecer al Señor todas las bendiciones que recibimos de su infinita bondad”.
Por último, el Papa saludó a los peregrinos. “Pidamos al Sagrado Corazón de Jesús y al Inmaculado Corazón de María que asemejen nuestros corazones a los suyos, y que, palpitando al mismo ritmo, sepamos vivir con fe y serena alegría cada etapa de nuestra vida. Que Dios los bendiga. Muchas gracias”.
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