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Rosa Marschhausen sabe muy bien lo que sufren los migrantes que intentan llegar por caminos complejos a Chile. Ella es coordinadora de la Pastoral Social Cáritas Iquique, una de las tantas organizaciones que se han transformado en testigos del dolor y hacedoras de contención.
«Han muerto muchas personas tratando de pasar a nuestro país (…) Nosotros hemos apoyado para brindar sepultura digna en algunos casos cuando se ha requerido», había declarado Rosa en diálogo con la colaboradora de Aleteia en Chile, Ingrid Saavedra T.
Las palabras de Rosa estaban vinculadas a un documental estrenado en el mes de mayo («Esperanza sin fronteras») en el que se contaba la dura realidad de quienes han intentado en los últimos años llegar a Colchane, el paso fronterizo entre Chile y Bolivia ubicado a más de 4.200 metros de altura sobre el nivel del mar y que suele caracterizarse por temperaturas extremas que pueden oscilar entre los 28 grados en el día y bajar drásticamente a los -15 grados por la noche.
Recientemente, el drama que hizo mención Rosa se volvió a repetir con la confirmación de la muerte de Raquel Pacheco Arias. En este caso, una migrante venezolana de 41 años de edad cuyo cuerpo fue encontrado a pocos metros de la zanja que divide la frontera entre Chile y Bolivia, tal cual publican medios como El Deber.
La séptima persona fallecida en 2022
«Se trataba de una mujer de origen venezolano que, debido a la ausencia de lesiones atribuibles a terceros, la causa probable de su muerte sería hipotermia, debido a los -7 grados de temperatura que se registraba a esa hora en la zona», expresó la doctora Joselyn García, del servicio de urgencia del consultorio municipal de Colchane, prosigue El Deber.
Con la muerte de esta migrante venezolana, en base a datos proporcionados por las autoridades chilenas, ya son siete las víctimas en 2022, siendo la persona número 27 muere en esa zona inhóspita fronteriza desde febrero de 2021.
De fondo, una vez más la situación de la migración por pasos irregulares. Junto a ello la necesidad de respuestas más contundentes marcadas por una tragedia que crece en América Latina.
Esperanza en medio del dolor
«Ojalá tengamos a más personas saliendo a las calles para conocer las necesidades y realidades de nuestros hermanos migrantes. Que se mire al que sufre, al que está desamparado y que nos necesita. Junto a ello es fundamental que haya un cambio desde el Estado, que debe generar políticas públicas reales. Mi principal llamado es a que se aborde como se debe la temática sobre migración», había reafirmado en su diálogo con Aleteia la propia Rosa.
Lo sucedido en estas últimas horas en Colchane vuelve a interpelar y llamar la atención. Se une al mensaje que suele ofrecer el propio papa Francisco cuando hace referencia a las personas que se ven obligadas a dejar su lugar de origen en procura de un futuro mejor. En medio de esto, la acción de personas vinculadas a la Iglesia que se han encargado de esparcir esperanza entre tanta complejidad. Por ejemplo, a través de casas de acogida y ayudando con alimentación o incluso con artículos para prevenir el coronavirus.
“Yo estoy feliz, creo que la misión de Dios la cumplo con mi trabajo, cambiar la vida, el destino, la cara de una persona, es lo que me llena el corazón y eso es lo que nos invita el Señor”, concluyó Rosa en aquel diálogo con Aleteia.