A menudo, los influencers espirituales populares hablan sobre canalizar "vibraciones" espirituales del universo y realizar buenas obras, o decir buenas palabras para promover vibraciones positivas.
Muchos católicos han adoptado estas ideas y a veces las incorporan a su vida espiritual.
¿Pueden los católicos creer en las vibraciones espirituales?
Karson McGinley de Chopra.com (una página de la Nueva Era), define las vibraciones como "un estado del ser, la atmósfera o la cualidad energética de una persona, lugar, pensamiento o cosa. Gran parte de la lectura de 'vibraciones' es intuitiva: puedes saber la energía de una persona cuando entra en una habitación, por ejemplo".
Por supuesto, esta definición no tiene nada de enseñanza cristiana.
Pensamiento positivo: ¿lo que ofreces volverá?
Además, esta idea de vibraciones espirituales a menudo está ligada a otro concepto de la Nueva Era, llamado Ley de atracción. Esta ley del universo dice que eres responsable de tu vida, y puedes manifestar cambios de acuerdo a cómo diriges tus pensamientos y emociones.
Si bien centrarse en pensamientos y acciones positivos es sin duda una meta loable en la vida, el problema es que esta enseñanza espiritual se convierte en una fuente de energía cósmica, en lugar de Dios.
Un Dios personal
El Consejo Pontificio para la Cultura proporciona una guía detallada para la enseñanza de la Nueva Era que explica los muchos problemas de este tipo de pensamiento.
El problema principal con el concepto de "vibraciones" es que se aleja de la realidad de un Dios personal y nos mira a nosotros mismos como una fuente de salvación, en lugar de dar ese sitio a Dios.
La creencia gnóstica en los poderes cósmicos y algún oscuro tipo de destino retira la posibilidad de una relación con un Dios personal revelado en Cristo.
Dónde encontrar a Cristo
Para los cristianos, el verdadero Cristo cósmico es aquel que está presente activamente en los diversos miembros de su cuerpo, que es la Iglesia. No buscan poderes cósmicos impersonales, sino el cuidado amoroso de un Dios personal.
Si bien las vibraciones espirituales pueden parecer una creencia inofensiva, pueden alejarnos de un Dios personal, que nos ama y es la fuente de todo amor y armonía en el mundo.
Todo lo que tenemos proviene de Él y no de una fuente impersonal de energía cósmica. Por ello, en lugar de mirar tus vibraciones, mira a Dios y las enseñanzas que nos dejó en la persona de Jesucristo.