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«¿Cómo promovemos la colaboración entre migrantes y comunidad que les acoge?». Aquí una de las preguntas que podría ser replicada en cualquier parte del mundo donde la situación de las personas que vienen de lejos forme parte de los principales temas de interés.
Los ejemplos en América Latina abundan y el caso más emblemático, a raíz del «éxodo» tras la crisis humanitaria que ha vivido en los últimos años ese país, es de los venezolanos. Del otro lado, los países receptores y los desafíos que implica ofrecer acogida e integración.
«¿Cómo se abordan las diferencias culturales, puntos de vista, conflictos y dificultades?». Precisamente, aquí otras de las preguntas que se lanzó desde la Semana Sinodal de Lima, Perú. Pero en este caso, más allá de la misión de tratar de dar una respuesta como Iglesia, la voz de los propios migrantes cobró protagonismo y fueron ellos quienes otorgaron los diversos puntos de vista a través de un diálogo abierto.
Los migrantes se expresaron de la mano del padre Luiz Carlos Do Arte, de la congregación scalabriniana. También del padre Juan Armando Goicochea, vicario episcopal de la Pastoral Arquidiocesana.
«Respeto mutuo»
La Pastoral de Movilidad Humana de la Conferencia Episcopal Peruana (CEP) publicó un nuevo informe «Mayo-junio 2022: Acoger, proteger, promover e integrar a migrantes y refugiados». Gracias a ese documento es posible conocer el contexto migratorio en medio de la pandemia y las diversas actividades que se han realizado de parte de la Iglesia.
En ese sentido (ver informe completo a través de la CEP), en base a cifras del Instituto Nacional de Estadísticas e Informática e información de la Plataforma de Coordinación para Refugiados y Migrante de Venezuela, alrededor de 1.286.000 venezolanos ha llegado a Perú de manera regular. Por otro lado, más de medio millón han hecho una solicitud de refugio.
Es en este marco, con uno de los países que más ha recibido a venezolanos, donde surge este diálogo con los migrantes desde la Iglesia de Lima. Se trató de un ejemplo de escucha atenta a las necesidades del otro y de primera mano para poder abordar las diversas situaciones complejas. Debido a esto, la propia Arquidiócesis de Lima señaló que entre las principales reflexiones aparecieron temas como estadía, alimentación y salud. Y se indició:
«También resaltaron la importancia de que se trabaje en la tolerancia y el respeto hacia los extranjeros. ¡Respeto mutuo!, fue el llamado que hicieron durante su intervención».
Por otro lado, también como devolución, los propios migrantes agradecieron la labor de la Iglesia para encontrar espacios de acogida para tantos que llegan al país en situación de vulnerabilidad. Fueron ellos quienes también mencionaron que se requiere mayor apoyo para los emprendimientos y asesoría legal migratoria.
«La estabilidad emocional y la estabilidad laboral ayudará a que tengamos una mejor calidad de vida», agregaron, prosigue la Arquidiócesis de Lima.
«Migrantes somos todos»
Luego de escucha el aporte de los migrantes, fue el propio padre Luiz Carlos quien ofreció la siguiente declaración:
«Todos, en este mundo, somos aves de paso; por lo tanto, migrantes somos todos, personas de movilidad que estamos todos de paso. Nadie está permanentemente, y tenemos que saber compartir la gratitud de estar en este espacio; recordemos que cada uno, en comunión, participando activamente, tenemos la misión de ser feliz».
También se expresó el padre Goicochea, quien invitó a los migrantes a «mezclarse con la comunidad». «Estamos aquí porque queremos conocerlos, hacer amistad, compartir experiencias y darnos la mano mutuamente», enfatizó.