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Más de una vez hemos escuchado a nuestros hijos quejarse de la falta de tiempo de que disponemos para jugar con ellos, por lo general debido a las tareas domésticas, al trabajo y demás obligaciones.
Pero debemos saber lo importante que es para los pequeños que les regalemos un ratito de nuestro tiempo. Los expertos aconsejan entre 15 y 20 minutos diarios de juego entre padres e hijos: es suficiente para jugar y disfrutar juntos.
"El juego es una actividad necesaria para que los jóvenes alcancen la madurez. Les ayuda a sublimar ciertas inclinaciones, a conocerse a través de la competencia y a reconocer y controlar sus propios impulsos"
(José Orlandis, Historia y Espíritu, vol. 1, p. 99).
Jugar con nuestros hijos brinda múltiples beneficios, como por ejemplo:
Además, a través del juego se transmiten valores y se generan oportunidades de aprendizaje. También mejora el vínculo afectivo, por lo que es una buena herramienta para mejorar su desarrollo y aprendizaje.
Al mismo tiempo, para el adulto es una oportunidad de conocer las emociones de sus hijos, sus pensamientos, como se expresa y percibe su vida social.
Beneficios de jugar con nuestros hijos
Algunos consejos a tener en cuenta para jugar
Elige un momento del día para jugar. Del mismo modo que planificamos el menú semanal, las actividades familiares y demás, debemos incluir las horas de jugar. Por eso ponemos un horario y una duración determinada si es posible.
Deben jugar ambos padres. Nos podemos turnar un día el padre, otro día la madre, otra vez ambos o como les quede mejor. Y ¿qué sucede si un día no se puede jugar? Nada, hay muchos otros días para hacerlo.
Procura que el tiempo que le dediquemos sea de calidad, es decir solo para ellos. Tenemos que dejar a un lado el televisor, las computadoras, los celulares y cualquier tipo de dispositivo electrónico que nos distraiga.
Es recomendable ya tener algunas ideas previas sobre a qué pueden jugar. Podemos pensar en algo que deseamos nosotros, algo que nos gustaría hacer con ellos y luego transmitirles con ganas esa idea. Porque lo valioso para nuestros hijos es que nosotros también disfrutemos jugando con ellos.
Si no sabes a qué jugar, prueba con el método Montessori
María Montessori era una pediatra y educadora italiana que tenía una forma diferente de educar y de ver a los niños, ella los veía como personas completas, frágiles, destinadas a desarrollarse. De esta manera creó un método conocido como método Montessori.
Este método pone en el centro al niño, ofrece una educación respetuosa de sus intereses y atenta para adaptar el ambiente de aprendizaje a nivel de desarrollo del niño. De este modo el pequeño crece siguiendo su propio ritmo.
En su método, el juego tiene un rol fundamental porque permite aprender y desarrollar distintas habilidades, y le dan al niño la posibilidad de elegir y concentrarse en aquello que él mismo eligió, por lo que todas las actividades están pensadas según la edad de cada niño desde cero a 12 años.
Algunos juegos según la edad del niño
Una de las características de los juegos Montessori es que no tenemos que salir corriendo a comprar un juguete, sino que podemos usar materiales y objetos que tenemos en casa y que el niño reconoce como puede ser palillos para tender la ropa, cartón, marcadores, legumbres, calcetines.
Para niños de 2 a 5 años, el juego de los calcetines:
Consiste simplemente en que los niños emparejen los calcetines según la textura, el color, el diseño y el tamaño. Mostraremos cómo se guardan y dejaremos que el niño lo haga solo, lo que le ayuda a ganar confianza en sí mismo y autonomía.
A partir de los 3 años, pizarra de arena:
Colocar en una bandeja, caja de cartón tipo pizza o una tapa de caja de zapatos, un poco de arena o harina de trigo, maíz o sémola. Es importante colocar en el fondo una cartulina de color oscuro para que se vean los trazos con claridad, y no es necesario llenar la caja de arena, porque un poco es suficiente.
Proponerle al niño que copie los números o letras del alfabeto en la arena o harina con su dedo índice y corazón juntos. Si no los recuerda o conoce aún, se pueden hacer diferentes tarjetitas con el alfabeto, los números o figuras sencillas para que tracen.
Esta bandeja sensorial ayuda a comenzar con la preescritura.
De 2 a 6 años, joyería de pasta:
Seguramente alguno ya lo hicimos cuando éramos pequeños y nos entretenía un rato. Pues ahora se lo podemos enseñar a nuestros hijos y divertirnos con ellos. Solo se necesitan algunos fideos crudos con orificios como macarrones, anillitos u otras piezas de tamaño más pequeño.
Si se quiere, se pueden primero pintar con marcadores o pintura acrílica. Por último, se necesitará alguna cuerdita, hilo o lana de color para enhebrar la pasta en la cuerda.
Esta actividad ayuda a desarrollar habilidades motoras finas, sensoriales y matemáticas.
Y tú, ¿ya pensaste a qué vas a jugar hoy con tu hijo?