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Recuerdo con cariño una cena con mis primos cuando éramos pequeños. Estábamos pasando el verano en casa de mi abuela y esa noche anunciaba el periódico que habría luna llena. De pronto, una de mis tías anunció que en cuanto se fuera el sol haríamos una cena al aire libre con baño en la piscina incluido. Además puso una condición y pidió que todos debíamos vestir de blanco.
Fue una noche mágica, de esas que recuerdas toda tu vida, con la gran luna redonda e infinitas estrellas como testigos. Lo pasamos sensacional y no te digo ya con ese chapuzón en la oscuridad con algunos focos de la piscina encendidos.
De esta misma forma te animo a que organices una cena en tu casa o zona de veraneo con algunos amigos. Abre las puertas de tu hogar y ejerce esa magia que sabe a hospitalidad, amabilidad y detalles.
Aunque no hay un número ideal y todo el mundo es bienvenido, sí se establece que un grupo íntimo entre seis y ocho es lo ideal.
Pon en ON el cronómetro ya que empieza la cuenta atrás para organizar este festín informal, para el que no te olvides de nada y disfrutes al máximo.
Una semana antes
Aquí te dejo uno fácil:
El día antes
Acuéstate pronto. Tus invitados te necesitan en plenas facultades. No hay nada como un anfitrión sonriente y sin aspecto cansado, con ganas de conversar y escuchar.
El día D
8:30am
Despiértate temprano y con un buen café en mano siéntate con papel y boli y organiza el día. La experiencia comienza tan pronto como te despiertas así que disfruta del momento. Da encargos concretos a cada miembro de la familia.
9am
Viste cómodamente, con unas buenas deportivas, para que te dé agilidad a lo largo de la mañana.
10am
Con la lista que escribiste hace una semana acude a la tienda de comestibles más cercana a tu casa.
Mientras estés en la tienda, encarga a los miembros de tu familia que limpien la casa. Pequeños y mayores pueden ayudar: uno que quite el polvo, otro que ahueque los sofás, otro que recoja los bártulos del jardín…
Compra unos ramos de flores para hacer un bonito centro de mesa.
12h En casa
Descarga la compra. Pon las bebidas a enfriar y los hielos al congelador.
Coloca y separa sobre la encimera los distintos ingredientes de forma que te queden diferentes zonas de trabajo para manipular cada uno de ellos.
Pon el vino blanco en la nevera. Cuenta que ha de estar a 4 o 5º y que tarda en enfriarse unas horas. Este vino marida muy bien con el pastel de salmón.
El vino tinto resguárdalo del calor en una zona fresca de la casa. Cuenta que su temperatura ideal oscila entre los 14 o 16º. Es una gran pareja de baile con cualquier tipo de queso, en este caso marida perfecto con el brie y la tabla de quesos del aperitivo.
Las flores, enseguida a un jarrón con agua.
13h
Prepara la tabla de quesos para el aperitivo. Como el queso es de color amarillo, rompe con alguna fruta de color como fresones o uvas y completa la tabla con distintos tipos de tostas y panes.
Prepara el resto del aperitivo, sin abrirlo. Cada bolsa en el recipiente que hayas pensado. Digo sin abrirlo porque es una hora crítica, las 13 horas. El hambre puede hacer que picotees.
Encarga a algún miembro de la familia que te ayude a preparar la mesa y la comida para toda la familia.
14h
Haz un parón para comer y deja recogida la mesa al terminar. Después te espera un tiempo en la cocina y es importante tenerla limpia para poder trabajar tranquilamente.
15h
Como si fueras el director de una empresa, reparte tareas. Encarga cada plato a un miembro de la familia. Será sencillo porque cada uno tendrá una zona en la cocina para elaborar su plato. Supervisa.
16h
Escribe unas tarjetas elegantes para poner sobre cada plato que tengan en el reverso preguntas que inviten a la reflexión. Esto proporciona horas de conversación en la mesa.
Aquí hay algunas cuestiones interesantes:
También realiza el sitting. No tengas miedo de mezclar parejas o gente que no se conoce. Abre el abanico de posibilidades y deja que la magia de la noche y la amistad ocurra.
17h
Es hora de estudiar la iluminación. ¿Velas? ¿bombillas? Desde el momento en que se vaya el sol deberás hacer uso de algún comodín que te ayude a crear esa calidez en el ambiente.
18h
Busca un lugar fresco de la casa y viste la mesa. Un mantel blanco bien planchado y largo pondrá esa nota de clima campestre y fresco.
Crea un centro de mesa vistoso con algunas de las flores que has comprado.
Saca tu vajilla y cristalería bonitas y con unas nociones básicas de protocolo, deja las distancias adecuadas entre comensal y comensal.
19h
LlegÓ la hora de refrescarse y ponerse guapos. Una ducha a baja temperatura te aliviará del calor del día y reconfortará.
Esta vez abandona las deportivas y opta por algún atuendo favorecedor.
Precalienta el horno. También saca del congelador y tritura los cubitos de sandía con un poco de zumo de lima y unas hojas de menta. Sírvelo en vasitos pequeños tipo chupito.
20h
Mientras esté el hojaldre en el horno, aprovecha y relájate. Descansa, no trabajes. Yo no soy partidaria de que los invitados me encuentren afanosa en la cocina, sin atenderles, agobiada y estresada. Prefiero abrirles la puerta relajada y atenderlos desde el primer momento.
21h Llegan los invitados
Abre la puerta con la mejor de tus sonrisas y ofrece un refrescante chupito de sandía. Y a disfrutar.