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La diócesis de Crotone ha lanzado una advertencia formal al párroco de Milán, Mattia Bernasconi, de la parroquia milanesa de San Luigi Gonzaga, que había celebrado una misa sobre un colchón inflable, en el mar Jónico, en la costa de Crotone.
En la liturgia participaron los jóvenes participantes de un campamento de voluntarios para reflexionar sobre la legalidad, de la asociación antimafia Libera, que administra tierras confiscadas a los clanes locales.
Dada la alta temperatura y la falta de zonas de sombra, el sacerdote y los niños, todos en traje de baño, decidieron celebrar dentro del mar Jónico. Un colchón hinchable hacía las veces de altar y la Santa Misa; aunque con comprensibles dificultades operativas, se llevó a cabo normalmente (TgCom, 25 de julio).
"Lenguaje de gestos y símbolos"
"Es necesario recordar que la celebración eucarística y, en general, la celebración de los sacramentos tiene un lenguaje particular, compuesto de gestos y símbolos que, por parte de los cristianos y en particular de los ministros ordenados, es justo respetar y valor, sin darles demasiada superficialidad".
Esto es lo que afirma una nota de la diócesis de Crotone-Santa Severina sobre la misa que tuvo lugar en el mar "sobre un colchón inflable y en traje de baño, por un grupo parroquial de Milán".
La diócesis de Crotone reconoce "toda la belleza y la seriedad de la experiencia vivida por estos jóvenes, que han elegido nuestro territorio para realizar un campamento de voluntariado y cuestionarse sobre el tema de la legalidad", y subraya que "en algunos casos particulares, con motivo de retiros, campamentos escolares, en zonas de vacaciones también es posible celebrar misa fuera de la iglesia».
Celebrar con decoro
Sin embargo, se lee en la nota, “siempre hay que ponerse en contacto con los responsables eclesiales del lugar donde se está; para asesorarse sobre la forma más adecuada de llevar a cabo una celebración eucarística de este tipo”.
"Sobre todo – se observa en la nota – es necesario mantener ese mínimo de decoro y atención a los símbolos exigidos por la naturaleza misma de las celebraciones litúrgicas" (Agensir, 26 de julio).
La justificación del párroco
"Como lugar de la celebración habíamos elegido el pinar de un camping – se defendió don Mattia, el párroco que celebraba misa en el mar –, pero estaba ocupado. Hacía mucho calor y entonces nos dijimos: ¿por qué no meternos en el agua? Una familia nos escuchó hablar y puso a disposición su colchón que transformamos en un altar. Fue genial a pesar de que nos quemamos".
Durante la homilía, el padre Mattia comentó las lecturas dominicales del rito ambrosiano centradas en las razones para decir sí a la ley del Señor y entrar en la tierra prometida. "El agua del mar que antes estaba agitada y ahora es tan clara – dijo –; es como nuestra experiencia que, trabajando con Libera y conociendo gente, nos ha permitido ver las cosas con más claridad. La reflexión es sobre qué queremos hacer ahora que nos vamos a casa: ¿comprometernos más con la legalidad y el respeto, o dejar las cosas como están?".