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La alegría y la fe con la que comunidad parroquial de San Roque en Cartagena (Colombia) prepara la celebración de su santo patrono -que será el próximo 16 de agosto- se vio afectada por el robo de una custodia, elaborada hace cerca de 150 años, con lo cual las hostias quedaron esparcidas en el piso del templo.
Esto ocurrió en una de las iglesias ubicadas en el tradicional y legendario barrio Getsemaní de Cartagena, de gran valor histórico y cultural. Fue en la madrugada del 2 de agosto cuando dos personas en condición de calle cometieron el delito y sacrilegio.
«Lo más triste es que arrojaron las especies eucarísticas al piso, lo cual golpea la fe de los católicos de la ciudad. Tan pronto fui notificado, me dirigí al templo donde recogí las hostias con piedad, rezando, las deposité nuevamente en un vaso sagrado y las guardé en el sagrario», dijo a Aleteia el sacerdote William Narváez, párroco del lugar.
Además del copón, se llevaron vasos sagrados y una antiquísima cruz de bronce. Todos los elementos fueron recuperados por la Policía de la ciudad, en un rápido operativo, y devueltos al templo.
«Los vecinos se dirigieron al templo a hacer oración de reparación y durante el día se ofrecieron eucaristías con el mismo fin. Debemos reparar mucho, porque lo que más nos duele es el ultraje a Nuestro Señor Jesucristo», agregó el padre Narváez.
El arzobispo de Cartagena, monseñor Francisco Javier Múnera, rechazó y lamentó el hecho. También invitó a los feligreses a hacer oración en sus casas y en sus parroquias ante esta profanación de las hostias.
El templo que nació en una epidemia
San Roque es un templo de arquitectura sencilla, ubicado en la calle del Espíritu Santo del sector histórico de Cartagena.
El español Enrique Marco Dorta relata en su libro Cartagena de Indias, la ciudad y sus monumentos que el templo nació por una epidemia:
«En una ocasión en que una epidemia de peste amenazaba la ciudad, el Cabildo secular hizo voto de fundar una ermita dedicada a San Roque y celebrar anualmente las fiestas del santo si cesaba el peligro».
Entonces se dispuso unir la obra a un hospital de convalecientes a cargo de la comunidad San Juan de Dios. Las obras empezaron en 1652 y fueron suspendidas dos años más tarde, como se narra en la página web del Centro Virtual Cervantes:
«El rumor de que el proyecto de edificar un hospital solo buscaba el beneficio de unos cuantos religiosos provocó la interrupción de la obra por parte de la Corona española. Ante tal murmuración, los sacerdotes de la comunidad de San Juan de Dios acudieron ante el Consejo, el cual dictaminó restarle credibilidad a las habladurías y continuar la obra del hospital y la ermita».
Renovación
El templo ha requerido de muchos esfuerzos en su mantenimiento. Actualmente está finalizando un proceso de renovación, para mantener su valiosa y antigua arquitectura y elementos de decoración.
Durante y después de la pandemia, aumentó la devoción en torno al santo, quien siendo un peregrino y al ejercer la caridad con los apestados, se contagió y por ello se le pide en las pestes.
Hoy San Roque ha sido profanado en medio de una difícil situación de orden público en Cartagena. Su párroco hace una llamado a defender la paz como construcción colectiva: «Yo no nací en Cartagena pero esta ciudad me lo ha dado todo. Esta ciudad merece más».