El discernimiento de la voluntad de Dios en tu vida requiere mucha oración y orientación espiritual. Es un proceso de escucha, de espera paciente para escuchar lo que Dios tiene reservado para ti.
Normalmente, el discernimiento no implica una "revelación", en la que Dios te habla de forma audible. La mayoría de las veces implica un movimiento silencioso en tu corazón, en el que sientes que la paz de Dios inunda tu alma.
Tocar a la puerta de monasterios
Al principio, esto requerirá un periodo de oración y búsqueda, tocando a la puerta de varias comunidades religiosas y viendo cuáles son las que más tocan tu corazón.
Sin embargo, en algún momento esta forma abstracta de discernimiento debe convertirse en algo concreto, visitando físicamente un monasterio o convento, pasando allí unos días.
Éste es uno de los aspectos más importantes del discernimiento de la vocación religiosa. Una comunidad religiosa puede sonarte bien al visitar su página web, pero al llegar a su monasterio, te das cuenta de que no es la vida a la que Dios te llama.
Es algo que solo puedes saber cuando visites físicamente la comunidad y experimentes su vida.
Se trata de una fase natural del discernimiento, y cada comunidad religiosa lo sabe. No esperan que te decidas a abrazar la vida religiosa cuando llegues a su puerta. Saben que necesitas experimentar allí la vida y escuchar la voz de Dios. Saben que se necesita tiempo y discernimiento.
Tiempo prudencial
De hecho, a veces se necesita más de una semana, por lo que existe un programa de aspirantado para cada orden religiosa. De este modo, la persona puede contar con un año completo para discernir la voluntad de Dios. Después de ese año, eres libre de irte, o profesar los votos para permanecer en la comunidad.
Además, es posible que tengas que visitar varios monasterios o conventos, para descubrir la comunidad a la que te sientes llamado por Dios. Si en la vida de esa comunidad sientes paz, algo te está diciendo el Señor.
No tengas miedo de visitar un monasterio o convento. Si quieres conocer de verdad la voluntad de Dios, puedes visitar una comunidad o varias comunidades: el monasterio es sin duda un lugar propicio para escuchar la voz del Señor.
Traducción de Matilde Latorre.