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El peregrino más “cool”: Va a Lourdes… como en el siglo XIX

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El 10 de agosto de 2022, después de 70 días de viaje, Céleste Grant llegó al santuario de Lourdes con su fiel asno, Cyndel.

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Anna Ashkova - publicado el 04/09/22
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El santuario de Lourdes, más allá del fervor que reina en él, se caracteriza también por la singularidad de los peregrinos que allí acuden. El 10 de agosto de 2022, luego de varias semanas de viaje, Céleste Grant llegó a la ciudad mariana en compañía de… su fiel burro Cyndel, quien excepcionalmente pudo cruzar las puertas del santuario

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Se trata de un extraño peregrino que cruzó la puerta de Saint-Michel del santuario de Lourdes el 10 de agosto de 2022. En primer lugar porque iba vestido con un pantalón del siglo XIX y una camisa de la misma época, zapatos de piel y boina. Pero sobre todo porque lo acompañaba… un burro (más concretamente un burro llamado Cyndel, que significa “camino” en germánico antiguo). 

Una peregrinación en condiciones del siglo XIX 

“Empecé mi peregrinación el 10 de mayo”, explica Céleste Grant. Este apasionado del senderismo, originario de Occitania (región del sur de Francia), recorrió más de 1.000 kilómetros en 70 días en compañía de su fiel burro. "¡No estaba previsto! El 10 de mayo salí pensando que haría la caminata de Stevenson, nombre que recibe el sendero de gran recorrido n° 70, en referencia al recorrido realizado por las Cévennes, en compañía de un burro, por el escritor escocés Robert Louis Stevenson en el otoño de 1878″, explica este joven a Aleteia. “Una caminata que dura dos semanas. Disfruté tanto caminando con un burro que decidí continuar mi viaje y caminar hasta Lourdes. Así fue como mi viaje duró varios meses en lugar de 14 días».

Este antiguo alumno de la Escuela de Bellas Artes de Toulouse se tomó muy en serio su peregrinaje al realizarlo en las condiciones del siglo XIX: sin herramientas modernas (aparte de su teléfono móvil para compartir su aventura en las redes sociales), ropa de época, una calabaza de cuero y vidrio, una tienda de manta de lana, una piel de oveja como colchón... Si los dos amigos se han sumado a varios senderos existentes (La Voie d'Arles, luego la Vía Garona, un camino que recorre el Garona desde Toulouse, y luego el Camino Pirenaico del Piamonte), sobre todo improvisaron mucho y alargaron su ruta tomando diferentes caminos, cumbres y puertos para llegar a Lourdes. 

La fuente de Lourdes, símbolo de un retorno a uno mismo y a la fe 

"Tengo 33 años, la edad de Cristo", sonríe Céleste. “Quizás por eso elegí Lourdes como destino final. El agua también fue el hilo conductor de mi viaje, y Lourdes es conocida por su fuente. A lo largo de mi aventura, el agua también fue fuente de mis preocupaciones porque viajaba sin parar en hoteles, hiciera viento, lloviera o hiciera calor… Estaba encantado de llegar a Lourdes, a este manantial. Un símbolo que me devolvía a la fuente de mí mismo, de mi fe, a la Virgen María y también a santa Bernadette», explica a Aleteia. 

Su elección de viajar con un burro tampoco fue menor. “Fue sobre un burro que Jesús entró en Jerusalén. Fue también en un burro que María llegó a Belén. Y también era este burro que estaba presente en el pesebre donde nació Jesús”, explica Céleste, quien también quiso mostrarle a la gente que el burro es un animal muy bueno. “Lo compré el día que me fui. Al principio no me escuchaba y no le caía bien”, dice con humor el joven. Durante su viaje, los dos se conocieron, aprendieron a vivir juntos y, cuando llegan a Lourdes, se convierten en verdaderos "amigos". “Fue una verdadera consagración. Ya no necesito sujetar a Cyndel con una correa. Él camina solo a mi lado y me sigue suavemente. 

“La fe existe y lo humano es bueno”

Un viaje que permitió a este videógrafo conocer a mucha gente –porque la gente a menudo se alegraba de abrirle la puerta– y sobre todo profundizar en su fe. "No solo quería caminar, quería tener una meta: enfocarme en el lado espiritual", explica. Un cuestionamiento sobre la vida, la fe y la sociedad, que evoca en su canal de Youtube,  Bunker Sauvage, en un videolog llamado Le Messager. 

“Atravesar campos, visitar iglesias, mostrar el lado histórico pero también humano de Francia… Quería demostrarle a la gente que la fe existe y que el ser humano es bueno”, comenta Céleste. Luego de celebrar la Asunción en Lourdes, el joven partió hacia otras aventuras, siempre en compañía de su fiel Cyndel. 

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