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Octubre es sinónimo del Señor de los Milagros, una de las devociones más famosas de Perú y América Latina. También conocido como «Mes Morado», durante ese tiempo la popular imagen de Cristo suele recorrer las calles de Lima.
Lo vinculado al Señor de los Milagros, y todo lo referente a las celebraciones, procesiones y romerías, forma parte de la gran fiesta religiosa de Perú, algo que de alguna manera se ha visto afectado en los últimos dos años debido a la pandemia del coronavirus.
Sin embargo, este domingo 4 de septiembre, el arzobispo de Lima, monseñor Carlos Castillo, informó que la imagen del Señor de los Milagros saldrá en procesión -como es tradición- por las calles de la capital peruana.
Según recuerdan medios locales como Perú 21, este viernes 9 de septiembre la Hermandad del Señor de los Milagros realizará una conferencia de prensa donde detallará la ruta que tendrá en 2022.
«Esperamos que todos estemos atentos para que sepamos bien los recorridos y podamos hacer una verdadera fiesta, como corresponde, dándole gracias al Señor por todo el bien que nos ha hecho en medio de tanta desgracia», aseguró Castillo.
El 14 de septiembre, una fecha especial
Mientras crece la expectativa con respecto a la gran fiesta del Señor de los Milagros, devoción que supo romper fronteras y hasta tiene a devotos especiales como el extécnico argentino de la selección Ricardo Gareca, en septiembre también se recuerda una fecha más que especial.
En efecto, un 14 de septiembre de 1671 se ofició la primera misa en honor al también conocido como «Cristo de Pachacamilla» o «Cristo Morado», entre otros.
Sucedió en la ciudad de Lima ante autoridades eclesiásticas y civiles en la ermita que se erigió por orden del virrey Pedro Antonio Fernández de Castro. La fecha coincidió con la celebración de la Exaltación de la Santa Cruz.
Desde ese momento el culto y devoción se continuó extendiendo llegando a ser considerado a este crucificado con el paso de los años el Señor de los Milagros.
Terremoto de 1655
No obstante, para entender mejor la ermita y esta primera misa hay que ir un poco más atrás en el tiempo. Más precisamente hacia el 13 de noviembre de 1655, día que tuvo lugar un potente terremoto que sacudió a Lima y Callao, movimiento sísmico que dejó miles de víctimas, así como destrucción de viviendas y templos.
Una de las ciudades afectadas fue Pachacamilla, donde en uno de los muros de adobe de una cofradía había una imagen de Cristo en la cruz, que increíblemente (para muchos considerado un milagro) permaneció en pie tras el terremoto.
Debido a esto, el sitio se transformó en lugar de peregrinaciones, pero también el lugar de otras manifestaciones que no eran vistas con buenos ojos por el párroco de San Sebastián en aquel momento, José de Mena, quien le pidió al virrey que prohibiera las reuniones y se borrar la imagen.
Sin embargo, lo que se pidió finalmente no se pudo (incluso hubo tres personas designadas para ello que no lo lograron), ganando también lugar el clamor popular para que se dejara. El virrey y el vicario general Esteban de Ibarra decidieron dar marcha atrás con la orden y autorizar el culto, además del levantamiento de una ermita provisional (donde se celebró la primera misa).