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Si hay una noche que pueda mostrar lo que tantos santos han dicho a lo largo de su vida sobre los valores que te enseña el deporte y las bendiciones de una verdadera amistad, esa fue la del juego final profesional de Roger Federer en la Laver Cup.
Sus lesiones no le permitían jugar singles (de forma individual), pero él ha encontrado una mejor manera de cerrar su carrera en el mundo del tenis: jugar dobles junto a Rafael Nadal, su eterno rival en la cancha, pero sobre todo, su gran amigo fuera de ella.
Valores deportivos y familiares
Y es que como ambos han dicho, su forma de jugar es muy distinta, y por eso quizá han sido tan buenos rivales en las canchas de tenis; pero comparten los mismos valores deportivos y familiares, y eso es lo que los ha unido fuera de ellas.
Para Rafa tampoco es fácil el retiro de Federer: "Ser parte de este momento será algo increíble e inolvidable para mí, pero también algo muy difícil. El jugador más importante de mi carrera en el tenis se está retirando, pero estoy agradecido y honrado de poder jugar con él", dijo en la rueda de prensa previa al partido.
Además, sumado a sus propias lesiones -tanto en el pie como en el abdomen- ha confesado que personalmente está pasando por un momento difícil (relacionado con el nacimiento de su primer hijo), así que sólo fue a la Laver Cup para acompañar a su amigo e ídolo deportivo en la cancha.
Durante el juego hubo complicidad, risas, concentración y, por supuesto, excelente tenis. No podíamos esperar menos de estos dos grandes que acumulan 44 Grand Slams entre ambos. Pero fue cuando terminó el partido cuando vimos la grandeza de Federer y Nadal: humildes ante el inevitable final y amigos después de años de rivalidad deportiva.
Roger, antes de recibir el aplauso de la audiencia, saludó y abrazó a todos y cada uno de sus compañeros de equipo y a los integrantes del equipo contrario. Y luego, la gloria del público, uno que lo ha visto jugar como todo un caballero por más de 20 años, que lo ha visto celebrar sus victorias, pero también sobrellevar como nadie sus derrotas. Aplausos de pie, como sólo se puede despedir y dar las gracias a un grande como Roger Federer.
"Ni hay mejor forma de decir adiós que en equipo"
En su discurso en la cancha, dijo que no había mejor forma de decir adiós que en equipo, que era como sabía que iba a poder lograr sobrellevarlo, haciendo referencia, por supuesto, primero a Rafa; pero también al resto de los integrantes del equipo Europa, donde también estaban Novak Djokovic y Andy Murray, los otros dos jugadores del famoso Big Four (Los Cuatro Grandes).
Sin embargo, Roger también se refería a su equipo en casa, encabezado por su esposa Mirka: "Mi principal apoyo todo este tiempo. Ha sido la que me ha motivado para llegar hasta aquí", dijo muy emocionado. Pero también tomó un tiempo para agradecer a sus padres, también presentes, y luego los abrazó a ellos y sus hijos en la cancha mientras repetía:
Mientras esto ocurría, vimos a un Nadal que no podía contener las lágrimas. Incluso, el mismo Roger era quien a veces le daba un abrazo o le apoyaba su mano. Quizá porque él sabe más cosas por lo que su amigo está pasando y el esfuerzo que hizo para estar allí para él; o quizá buscando él también un poco de consuelo en una mano amiga; o quizá un poco de ambas cosas, dándonos a todos una lección de amistad y fraternidad.
Desde que tengo hijos...
“Hemos estado muy conectados, especialmente en los últimos diez años. Creo que desde que tengo hijos. No sé si eso me ha ayudado o me ha cambiado de algún modo o si nuestra rivalidad ha evolucionado (…) Me hace muy feliz dónde está nuestra relación hoy en día, que pueda llamar a Rafa y hablar de lo que sea. Creo que él se siente del mismo modo. Ha sido especial también que la familia de Rafa haya estado estos días aquí, porque te demuestra que no es sólo que Rafa haya venido a jugar y a nadie de su equipo le importe. Puedo sentir su pasión por mí, como persona”, confesó el tenista suizo luego del juego.
Inspiración el uno para el otro
Creo que la mayoría que vimos este partido en casa tampoco pudimos contenernos: dos grandes del deporte, que tantas veces los quisieron vender como simples rivales, siendo inspiración el uno para el otro, pero también para el resto del mundo. Una demostración de amor, espíritu deportivo y hermandad.
"Llorar es bueno a veces"
"Que se haya retirado en la pista era muy importante para él y yo no podía faltar en este día. Soy una persona bastante sensible. No me preocupa tampoco -llorar-. Llorar es bueno a veces. Necesitas soltar estas emociones. Se va una parte de mi vida, por lo que es difícil", fue lo que dijo el tenista español después del juego.
Roger Federer dijo en la entrevista en la cancha después del partido que quería que su último juego se sintiera como una celebración, y fue así, aún en medio de tantas lágrimas -que son de esperarse en una despedida, sobre todo como ésta- fue una celebración para todos de una carrera de buen tenis, de ser inspiración para tantas personas y de una amistad eterna.