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En ocasiones se exagera sobre la influencia que puedan tener las sectas en la esfera política. Pero hay casos en los que esta relación no es el producto de una imaginación desbordada o una mentalidad conspiranoica… y el asesinato del ex primer ministro japonés Shinzo Abe sólo ha sido la punta del iceberg de una realidad que lleva sucediendo décadas.
Un terremoto político en Japón
El suceso es bien conocido: el 8 de julio, Shinzo Abe murió tras recibir varios disparos en plena calle en Tokio. Su asesino quería vengarse de una secta que se habría quedado con todo el dinero de su madre. "Apunté a Abe porque creía que estaba vinculado a la asociación. Quería matarlo", declaró tras su detención.
Enseguida se supo a quién se refería: la Iglesia de Unificación, fundada en 1954 por el coreano Sun Myung Moon, tras afirmar que Jesucristo en persona le habría revelado que debía completar la obra de salvación que él no pudo llevar a cabo por morir en la cruz. Por eso creó la secta y se casó con Hak Ja Han, presentándose ambos como los "Verdaderos Padres" de la humanidad.
¿Tenía algún sentido que un afectado por la secta disparara a un gobernante retirado? Algunos analistas se apresuraron a explicarlo: "No es ningún secreto que Shinzo Abe, Donald Trump y otros políticos han sido amistosos con la iglesia", señalaba en Twitter el académico Jeffrey J. Hall.
Vínculos entre la secta y los políticos
Efectivamente: muchos políticos de alto nivel de todo el mundo participan cada año en los eventos que organiza la Federación para la Paz Universal (Universal Peace Federation), el nombre que utiliza en la actualidad la conocida vulgarmente como "secta Moon" (por el apellido de su fundador, fallecido en 2012). Shinzo Abe era uno de ellos. Por eso, las consecuencias del asesinato en la política japonesa han sido profundas.
El 31 de agosto, el primer ministro, Fumio Kishida, afirmó que "los políticos tienen que tener cuidado en sus relaciones con estas organizaciones problemáticas". Y pidió al Partido Liberal Democrático (PLD) – el suyo – cortar todos sus vínculos con la Iglesia de Unificación.
En las semanas previas, los medios de comunicación habían mostrado muchos casos de parlamentarios nipones – también de otros partidos – que habían recibido apoyo de la secta o habían participado en sus eventos. En concreto, 179 de los 379 legisladores del PLD. Incluso se demostró la relación en algunos miembros del equipo de gobierno.
El último español: José María Aznar
La última Cumbre Mundial (World Summit 2022) de la UPF se celebró en Seúl entre los días 11 y 13 de febrero, presidida por la viuda de Moon, Hak Ja Han. Entre otras personalidades destacadas, contó con la presencia (o participación por videoconferencia) de Ban Ki-moon, ex secretario general de la ONU; Donald Trump y Mike Pence, ex mandatarios de EE.UU.; Ehud Olmert, ex primer ministro de Israel; Romano Prodi y José Manuel Durão Barroso, ex presidentes de la Comisión Europea… y Shinzo Abe. Además de gobernantes en activo como el presidente de Senegal y el primer ministro de Camboya.
También hubo presencia española: José María Aznar, presidente del Gobierno entre 1996 y 2004 por el Partido Popular (PP), que intervino con un pequeño discurso de 7 minutos grabado en vídeo y proyectado a los participantes en la Cumbre.
En su intervención no sólo se limitó a agradecer a los organizadores su invitación para hablar en el evento, sino que alabó la actividad de la secta, subrayando "la importancia del trabajo que está realizando la UPF y su red mundial de embajadores por la paz y asociados por la paz". Después pasó a hablar sobre la paz entre las dos Coreas en el marco de las relaciones internacionales.
Hace dos años, Felipe González
Sin embargo, Aznar no ha sido el único ex mandatario español que ha participado en estos encuentros globales de la "secta Moon". En la Cumbre Mundial de 2020 acudió en persona Felipe González, presidente del Gobierno entre 1982 y 1996 por el Partido Socialista Obrero Español (PSOE).
Aunque en la página de la UPF no quedan rastros por escrito de dicha participación – quizás por la repercusión que tuvo, cuando en su momento fue destapada por la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES) –, la presencia del ex presidente español queda atestiguada en las fotografías y vídeos del evento, donde se pudo ver a González justo detrás de la viuda del reverendo Moon.
Una larga historia de "influencia"
La Iglesia de Unificación es sobradamente conocida por su importante papel ideológico en la lucha anticomunista en la Guerra Fría. En los años 80 del siglo XX, algunas de sus asociaciones como CAUSA (Confederación de Asociaciones para la Unidad de las Sociedades Americanas) y AULA (Alianza pro Unidad Latinoamericana) destacaron por reunir en sus eventos a diversos ex gobernantes iberoamericanos.
Estas entidades pantalla, entre otras muchas, le servían a la secta fundada por el reverendo Moon para trabar relaciones y alianzas con los sectores conservadores de muchos países; empezando por los Estados Unidos, donde preocupaba mucho el avance de las fuerzas de izquierda en el sur del continente.
Para ello, el conglomerado de la Iglesia de Unificación no sólo contaba con unos adeptos que entregaban su tiempo, dinero y vida entera a la organización, sino también con potentes empresas – como Tong Il – y medios de comunicación – como el Washington Times –. Y se completaba con diversas plataformas que, a modo de lobby, invitaban a eventos a políticos, líderes religiosos o profesores universitarios.
Esto siempre le sirvió a la secta para ganar legitimidad a ojos del mundo, y aprovechó la organización de estos eventos y su "trabajo por la unificación y por la paz" para conseguir audiencias y fotografías que aumentaban su prestigio. Así, en aquellos años lograron ser recibidos y fotografiarse con el papa Juan Pablo II… como lo han conseguido ahora con el papa Francisco.