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La recta final. Álvaro Tello es músico. Su testimonio sobre cómo afrontó su familia la enfermedad de uno de sus tres hijos se hizo viral.
Ahora, relata en exclusiva para Aleteia cómo fue la muerte de Alvarito.
Junio de este año. El pequeño ya estaba asistido en casa, en una especie de UVI doméstica que pudieron montar gracias al Hospital Universitario Niño Jesús. Los últimos meses ya era un niño cuyas necesidades eran básicas, respirar y comer. Ese día amaneció ya "muy malito".
Álvaro llamó al hospital y raudos acudieron los de paliativos. "Después de varias horas muy justo de oxígeno, lo llevaron en ambulancia. Yo, cuando salíamos de casa, intuía que Alvarito ya no volvía. Ingresamos y estuvimos 10 días en Paliativos", relata Álvaro.
Gracias a que su habitación estaba en la planta baja cerca de un patio ajardinado, la familia se tomó esos días como una recta final muy especial, para vivir esos últimos días en familia: "Comíamos en el jardín. Recogía a los niños del cole y allí merendamos y pasamos todos juntos la tarde. Por la noche, Ana o yo volvíamos con los hermanos a casa. Parecía casi vacaciones".
Primera Comunión
Estando ingresado, ocurrió otro pequeño milagro. El padre cuenta cómo pusieron un crucifijo sobre la cama de la habitación del hospital donde estaba ingresado Álvarito. Una enfermera -que resultó ser monja- les preguntó por su fe y cómo estaban viviendo estos delicados momentos. "Nos preguntó si había tomado la Primera Comunión. Le dijimos que no, que no tuvo oportunidad. Y ella habló con el capellán. Falleció el 28 de junio, pero tomó la Comunión dos días antes. Como no podía tragar, le dieron la Comunión con la Sangre de Cristo. Le pusieron las gotitas de sangre en la lengua", y fue una pequeña celebración en el hospital: "Hasta fuimos con las guitarras y los primos", recuerda sonriente.
La muerte de Alvarito
Se habían preparado. Sabían que "Alvarito no estaba hecho para este mundo" y que estaba listo para volver a Dios. El padre relata el momento en que pasó a la otra vida. "Estábamos todos a su alrededor. Su hermano estaba con en la cama. Cuando se fue, el momento en que murió, fue como si su alma saliera de él. Lo mirábamos y decíamos se ha ido. Y entendimos que ese cuerpo ya no era Álvaro. Ese momento me sigue viniendo, como super misterioso. Sentías que ese cuerpo ya no era él".
¿Cómo lo sobrellevan?
Álvaro se sincera. Es muy duro: "Pienso en la gente que no tenga fe y pase por esto, qué fácil es caer en la desesperación. Con la fe tienes fuerza".
Lo define como "una especie de montaña rusa, con días mejores y otros que cuesta más. Mucha gente nos dice que como tenemos otros dos hijos… pero no es consuelo. Es verdad que tiran de ti. Al final no terminas de entenderlo, pero sé que lo entenderé cuando nos vayamos. Con mucho esfuerzo le digo Señor me fío de Ti. Si no, te vuelves loco”.
En los peores momentos, Álvaro se recrea imaginando a su hijo en los brazos de la Virgen María, junto al Señor: "Te recreas en eso y te alivia muchísimo."
El funeral
Hace varias semanas celebraron el funeral por Alvarito en la iglesia Santa María del Pilar, en el colegio del mismo nombre de Madrid. Allí estudiaba el pequeño.
"Lo preparamos como si nos fuéramos a encontrar con Alvarito". Y se notó. La iglesia estaba abarrotada de familias enteras, con niños pequeños, compañeros del colegio, de sus hermanos, amigos. Junto al altar, el coro en el que cada domingo tocaba Álvaro con buenos amigos, y con los niños sentados allí como hacía él con su pequeño.
Fue una celebración muy emotiva. Un regalo para todos los que asistimos. Y todos con la certeza de que Alvarito estaba en hilo directo desde el Cielo.
El broche final, tras un vídeo de recuerdo al pequeño, lo puso la enfermera que hizo posible que el pequeño tomara la Primera Comunión. Ella fue la encargada de leer la carta que la familia había escrito a su hijo. Un mensaje de amor y un hasta pronto.