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¿Por qué ahora parece que todos los cantantes están sacados de TikTok? ¿Por qué ahora parece que todos tienen que estar llenos de tatuajes o ser físicamente exuberantes, tanto hombres como mujeres? ¿Y por qué ahora parece que lo que menos cuenta es el talento o la destreza vocal?
Estamos viviendo tiempos en los que la industria musical ya no depende de las ventas de discos, de las giras de conciertos o ni siquiera de la voz o el talento de los artistas. Solo depende de las redes sociales y de la habilidad para figurar en ellas. Muchos artistas lanzan directamente sus nuevos trabajos en las plataformas digitales y hacen pocas copias físicas en comparación a las que se hacían hace escasos 20 años.
Si la industria en términos financieros depende de lo digital, en términos artísticos no es menor esa dependencia. Cualquier voz hoy en día puede ser transformada en la mejor voz jamás escuchada. ¿Hay algo auténtico?
Quizá la respuesta siga estando en el viejo oldies but goodies del mundo anglosajón. Es decir, antiguo, pero bueno. Es lo que hemos visto con un vídeo que se ha viralizado estos días y en el que Sir Tom Jones hace gala de su poderío vocal demostrando que quien tuvo, retuvo. El llamado "Tigre de Gales" era miembro del jurado de un famoso talent show británico junto a otros artistas, mucho más jóvenes que él y muy del estilo de hoy en día.
Jones decidió demostrar el oficio que lleva a sus espaldas y que la experiencia es un grado, y se arrancó a cantar prácticamente a capella.
El cantante interpretó toda la canción sentado y sin más artificios que su propia voz y el tímido acompañamiento de una orquesta. A sus 81 años su voz sonaba fresca y potente como el primer día dejando a todos prácticamente boquiabiertos.
Esta interpretación de Tom Jones no solo es un buen recordatorio para una industria musical cada día más viciada y centrada en Internet más que en la música, sino que también es una lección para todos en general sobre saber apreciar el talento y la sabiduría de quienes nos precedieron profesional y vitalmente.
Lo curioso es que después de un despegue fulgurante, la carrera de Tom Jones decayó a mediados de los 70. Cuando Jones tenía ya cerca de los 60 años, su trayectoria experimentó una segunda juventud a finales de los 90 y principios de los 2000. Volvieron a lloverle los premios e incluso en 2006 fue nombrado caballero de la corona británica por la reina Isabel II.
Jones, que hoy en día es viudo, se casó con 17 años con Melinda Rose Woodward junto a la que pasó 59 años y tuvo un hijo. La esposa de Jones falleció en 2016 a causa de un cáncer. En el libro Over the top and back. The autobiography, el artista explica los difíciles últimos años junto a su esposa que padecía depresión y se había encerrado en sí misma. También confiesa que le fue infiel y que se arrepiente por ello. "Linda es el amor de mi vida", puede leerse en sus páginas.