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Sergio el Checo Pérez, está en su tierra, en el Gran Premio de México, en el territorio de la Virgen de Guadalupe. Es ganancia.
Parte de los triunfos de Checo se los ha dedicado a la Virgen Morena, quien lo acompaña en su RBD18, su monoplaza.
Nació en tierras tapatías, en Guadalajara (Jalisco) en la cuna de los mártires de la Cristiada. Esto le da un empuje por los hombres valientes que defendieron la fe católica, bendito lugar para nacer, donde la sangre de los mártires de la Cristiada fue derramada. Esto es ganancia.
Tiene una esposa e hijos que lo aman pierda o gane, y él dedica sus carreras a ellos con pasión. Siempre tiene quien lo espera con ansia y corren sus hijos y esposa a abrazarlo siempre que baja del jet privado cuando regresa a casa. Eso es ganancia.
Desde chico eclipsó a uno de los millonarios más poderosos del mundo, a Carlos Slim quien predijo que Checo, un niño todo despeinado, sería uno de los mejores pilotos del mundo. Desde entonces no ha dejado de apoyarlo: Slim es el décimo tercer millonario más poderoso del mundo. Eso es ganancia.
Checo Pérez es considerado por los expertos como el mejor piloto en circuitos callejeros con lluvia. Eso es ganancia.
Algunos otros consideran que tiene el equilibrio perfecto para cuidar los neumáticos, cuidar el motor y tiene un número menor de choques. Esto es ganancia.
Checo Pérez goza de una habilidad para rebasar y hacer fintas como los futbolistas mexicanos, entra por un lado y ataca por el otro para rebasar, dejando desconcentrados a sus rivales hasta lograr su cometido, los rebases perfectos. Esto es ganancia.
Tiene 24 podios en toda su historia en la F1. Eso lo hace el mejor piloto mexicano de Fórmula 1. Esto es ganancia.
Goza de un carisma que logra ganarse a mecánicos, ingenieros y compañeros, no es problemático, sabe ceder, cosa rara para un mexicano. No es broncudo ni agresivo, solo se concentra, sabe pedir perdón y sabe ganarse al equipo, cargar el equipo bajo su espalda. Eso es ganancia. En un mundo donde lo que importa es el yo y el ser el primero sin importar el otro.
A pesar de la prensa racista y comentarios que lo demeritan por ser mexicano y lo tachan de piloto de segunda, él se calla y solo trabaja. No hace declaraciones polémicas. Es solo combativo al volante y tiene el don de la humildad y sabe obedecer cuando le piden que deje pasar a su coequipero Max. Siente que no es justo, pero se lo traga y obedece. Eso es ganancia.
Saber hacer rebases impactantes al filo de la navaja. Eso ha impresionado a famosos del cine, del mundo del espectáculo y de la farándula que lo buscan para una foto. Eso es ganancia.
Checo Pérez cumplió su sueño desde niño, correr en la F1. Eso es ganancia. Suba o no suba al podio, él ya ganó el amor de todo el pueblo mexicano y se ha convertido en una leyenda para la Fórmula 1.
"Nunca te rindas"
Checo tiene una frase: Nunca te rindas, Never give up. El católico nunca se rinde, él pone toda su fe en Dios y pone manos a la obra, o sea, pone sus manos al volante.
Esa frase la ha llevado en su mente toda su carrera profesional desde niño, haciendo remontadas imposibles de creer, desde la parte trasera hasta alcanzar los podios. Que nos dé ese lema y esa lección con ejemplo, es una ganancia.
Checo nació en México, todos aman a los mexicanos. Eso es ganancia.
Checo en el Gran Premio de México subió en el tercer lugar al podio, el pasado domingo 30 de octubre. Es una ganancia, se acerca al subcampeonato del mundo.
Que Dios bendiga a Sergio el Checo Pérez. Eso es una maravillosa ganancia.
