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Como el santo que da nombre al barrio, San Francisco es uno de los más humildes de la ciudad de Bilbao. En él se concentra el mayor número de migrantes de toda la urbe.
El creador de Koop SF34 es Georges Belinga Narváez, un vasco nada convencional, bilbaíno de nacimiento, pero de padre camerunés y madre vasca. Y créanme cuando afirmo que el cóctel racial ha salido mejor que bien: súper.
Tras estudiar Marketing Internacional en la Escuela de Negocios de la Cámara de Comercio de Bilbao, decidió ampliar conocimientos en la Northumbria University International con la carrera de administración de empresas y un máster sobre Nuevas Tecnologías de la Información en la Universität zu Lübeck en Alemania.
Trabajó durante 10 años en grandes empresas en Francia, Inglaterra, India y Alemania. Vivió en la ciudad germana trabajando como consultor de marketing durante 5 años y decidió volver a casa. De esta manera, comenzó a ayudar a sus padres en su comercio de segunda mano.
Su barrio está integrado por gente muy diversa y se dio cuenta de que existía un gran potencial de emprendimiento. A esto se une la circunstancia de que para un migrante es más difícil encontrar trabajo.
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Entonces encontró la fórmula: unió el comercio y el tercer sector. Puso sus conocimientos en funcionamiento y decidió crear un espacio donde sus vecinos pudiesen emprender, un coworking donde se "emprende a la africana", como le gusta decir a Belinga.
Un espacio tecnificado donde las personas que carecen de recursos económicos pueden crear sus propios negocios.
En definitiva, es un vivero de microempresas sociales creadas por personas de distintos orígenes. Destaca el hecho de que cuenta con 31 proyectos de 16 culturas y países diferentes. Los hay de Irán, Colombia, Senegal, Venezuela, Afganistán, Nigeria, Camerún, País Vasco, Marruecos…
Las ideas de negocio que se generan son muy diversas. De KoopSF34 ya han despegado empresas que han crecido tanto que han contratado a nacionales y que han tenido que buscar su propio local. Todo esto, por el momento. Dales tiempo y verás.
Además, cuenta con espacio de baile, deporte, moda, importación y exportación, eventos culturales, una empresa digital, etc., de forma que es un lugar de encuentro donde todos son acogidos.
Como el objetivo no sólo es el emprendimiento sino promover los conocimientos, se ha creado un curso de moda y costura.
También se imparten clases online para facilitar la transmisión de conceptos matemáticos hasta nivel universitario a través de plataformas digitales e-learning y el uso de software audiovisual.
Proyectos educativos y culturales con otros
Este coworking ha tenido mucho éxito y ha desarrollado proyectos educativos y culturales con otras entidades de la zona. Se ha generado un auténtico ecosistema que cuenta con la colaboración del centro de formación profesional cercano a KoopSF34.
Y como Belinga no tiene límites, KoopSF34 se ha lanzado a desarrollar acuerdos de colaboración con la Universidad de Deusto y de Mondragón con el objetivo de promover charlas sobre economía circular y emprendimiento social.
Dentro de KoopSF34 encontramos un proyecto para acabar con la brecha digital que afecta a los jóvenes del barrio. Para ello, se ha creado un estudio de televisión en el que los chavales pasan de ser seguidores de youtubers a convertirse en influencers.
SildoFaÿa es uno de los proyectos en marcha. Es una productora especializada en la creación de audio y vídeo, que trabaja con artistas y pymes para generar un tono más novedoso en sus contenidos y vídeos.
Es un proyecto ideado desde una óptica urbana e integradora. Apuesta por el empoderamiento de los artistas locales, ayuda a enfocar su carrera y darse a conocer a nivel territorial.
Esta incubadora de empresas tan peculiar encuentra entre el 50 y 60% de los fondos del voluntariado a lo que hay que sumar un 20% de servicios que prestan para terceros y el 20% restante de ayudas públicas.
Pero aquí no acaba la cosa.
Por si fuera poco, Belinga ha lanzado junto a su socio la empresa Life Kontainer, dentro del proyecto de Afrikanized Commerce. Es una apuesta por un negocio de producción sostenible y el mercado justo de productos africanos como el cacao. De esta forma, se evita la migración de africanos a Europa, empoderándoles en sus países de origen.
De este modo, la inversión extranjera va directamente a los productores africanos. Life Kontainer es una solución contenerizada que ayuda a conservar y renovar los productos alimenticios.
Este tipo de contenedor es imprescindible porque, además de ser una fuente de energía verde, en áreas donde la electricidad es inestable o inexistente, ataca el principal problema de la población que es la seguridad alimentaria.
Para ello, persigue fomentar la inversión extranjera directa, así como conservar y transformar los productos alimenticios africanos, sin intermediarios.
Nace así una solución container #madeinEuskadi realizada por inmigrantes, que busca generar puestos de trabajo desde su concepción, y que se adapta a las necesidades específicas de cada uno de los pueblos de los que provienen los migrantes.
En la actualidad, el principal foco de actividad se centra en: abrir nuevas vías de exportación de cacao ecológico; conseguir mejorar los pesticidas biológicos que los agricultores africanos emplean en las plantaciones de cacao; y en facilitar el ahorro e inversión en nuevas tecnologías.
Como se ve, no en vano este vasco ha recibido el Premio Internacional Fundación Novia Salcedo de manos del Rey Felipe VI, por su trayectoria profesional, compromiso y liderazgo ético, así como por su acercamiento a la inmigración de manera positiva.