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Perla Gavidia es de origen peruano pero lleva décadas viviendo en España. Estaba sin trabajo: había sido empleada durante 20 años en la cafetería del Palacio de la Moncloa, sede del presidente del Gobierno de España y su familia, pero hace poco hubo remodelación de personal y la despidieron, "me echaron a la calle", dice. Ahora cobraba el subsidio de desempleo.
En la mañana de ayer se encontraba en el Teatro Real de Madrid, donde se celebraba el sorteo del Gordo, la popular lotería de España. Iba con su hija y su hijo.
Los niños y niñas de san Ildefonso iban extrayendo bolitas de los bombos y "cantando" los números premiados. Perla le dijo a su hijo que se fijara bien en los números porque no veía bien la pantalla.
A las 11.20 se proclamó el Gordo de Navidad, el premio de 4 millones de euros. Perla consultó en su lista de números de los que tenía un décimo y vio con sorpresa que el número 5.490 era el de uno de los décimos que había comprado. Comenzó a llorar de la emoción.
Después de un tiempo difícil, en el que ella ha sacado adelante a su familia con dificultad y viviendo con sus dos hijos en un piso de alquiler, acaba de ser bendecida con 400.000 euros, que después de impuestos serán 328.000 euros. Una fortuna.
"Dios es grande"
"Dios es grande, sabe por qué hace las cosas" decía ayer a la multitud de periodistas que la rodearon en el mismo recinto del Teatro Real, mientras uno de sus hijos sostenía el décimo.
Teniendo en cuenta que la habían despedido hace muy poco, la misma Perla decía:
"Por eso creo que Dios es grande, Dios hace justicia".
Perla estaba exultante, nerviosa, pero tenía muy claro que lo primero que hará con su dinero era "comprar una casa".
También ha pensado que dará un donativo "para la Iglesia" en agradecimiento a Dios. "Yo soy muy católica", señaló. Es una mujer de fe, que se ha agarrado al Señor en todo este tiempo de dificultad y en las numerosas pruebas que ha vivido en la vida: marcharse de su país, criar a los hijos, quedarse en el paro en plena edad adulta...
Perla dice que estaba convencida de que este año iba a tocarle la lotería: "Yo lo soñé", dijo. Además de la casa, hay algo que le hace inmensamente feliz y es poder dar estudios a sus hijos:
«Ahora ya tengo dinero para la universidad de mis hijos, eso es lo más importante».