Para ayudar a Aleteia a continuar su misión, haga una donación. De este modo, el futuro de Aleteia será también el suyo.
El Santo Rostro de Cristo es el que está impreso en el velo de Santa Verónica durante la subida al Gólgota, cuando ella le tendió el velo para que allí se secara la frente.
Su rostro aparecería entonces milagrosamente en él. Si bien el episodio no aparece en los Evangelios, sin embargo se vuelve muy popular a partir del siglo VII, dando lugar a una iconografía de gran riqueza. Desde entonces, los artistas no han dejado de querer plasmar la ligereza de esta impresión milagrosa.
No hay duda de que la de Claude Mellan es una de las más exitosas; que data de 1649, tiene la particularidad de haber sido realizado con una sola línea de cincel, partiendo de la nariz y de ir en espiral sin cruzarse nunca la línea. Este grabado es la obra maestra del artista y la mejor representación de la técnica llamada "corte claro" inventada por él, por la cual el dibujo nace de la línea sobre la que se retrocede y no por la intersección de diferentes líneas.
El velo de Véronique apenas se sugiere. La delicadeza de la línea, asociada a la discreción del soporte, refuerza la irrealidad del sujeto; la Santa Faz parece desprenderse del velo y levitar ante él. El famoso Santo Rostro de Cristo sobre el velo de Verónica da testimonio de la gran maestría técnica de la artista, constituye también un hermoso testimonio de fe y una de las figuraciones más logradas de esta iconografía tan particular que es la huella del rostro de Cristo.