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Esta iniciativa de los supermercados Jumbo, presentes en Holanda y Bélgica, comenzó en 2019 en la ciudad de Vlijmen. Ante el éxito de este modelo la cadena ha ubicado más Kletskassa (caja lenta) en todos los puntos de venta del país.
El propósito de la idea es muy sencillo a la vez que necesario: erradicar la soledad. ¿Cómo conseguirlo? Con un gesto tan fácil como que el cajero del supermercado ofrezca su tiempo conversando con los clientes mientras realizan la cola para pagar.
Sociedad con prisa
La actividad frenética de la vida moderna nos impone un ritmo que nos impide disfrutar y nos puede llegar a provocar malestar. Vivimos a un compás tan acelerado que hasta en las cajas del supermercado a veces no hay personas que atiendan. Nos encontramos frente a una máquina que funciona sola y así nadie "pierde" el tiempo.
Sin embargo, en este establecimiento holandés han apostado por otro modelo, podríamos llamar slow life. Con la implementación de estas "cajas lentas" se prioriza la comunicación y la relación entre personas con el fin de combatir la soledad, sobre todo de las personas mayores.
La soledad, la epidemia del siglo XXI
Antes de vivir la pandemia la soledad no deseada ya existía, pero el confinamiento y las restricciones sociales han agudizado el problema. De manera que la OMS ya ha bautizado esta situación como la epidemia del siglo XXI.
La estructura de la sociedad moderna influye en esta cuestión. Factores como el envejecimiento de la población, la configuración familiar o la vida cada vez más individualizada agrava la situación. Al final quien lo paga son los mayores.
Deterioro de la salud
Son ellos los que viven solos y este escenario, en muchas ocasiones no deseado, provoca el deterioro de su salud, física y mental, ya que sus capacidades cognitivas y de movilidad se ven disminuidas.
Por poner cifras, según datos del INE (Instituto Nacional de Estadística) se estima que en España viven solas 4.849.000 personas, y de ellas el 43% son mayores de 65 años. Es decir, unos 2 millones de personas.
Además, debido a la evolución de la esperanza de vida y a los cambios en las dinámicas sociales, todo indica que la soledad no deseada seguirá creciendo en los próximos años.
Trabajo social
Por esta razón, tanto desde la sociedad civil como desde gobiernos y administraciones públicas, hay que movilizarse para hacer frente a este problema y situarlo entre sus prioridades políticas.
En España el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 (@MSocialGob) trabaja en una estrategia nacional contra la soledad no deseada de las personas mayores y la Fundación ONCE, por ejemplo, preocupada por esta problemática creó el pasado año el Observatorio Estatal de la Soledad no deseada. (enlace a ).
El objetivo es hacer más visible esta realidad que afecta a tantos miles de personas en todo el mundo, principalmente a personas mayores y, entre ellas, una mayoría de mujeres.
Reactivar las relaciones sociales
En definitiva, si mantener una vida activa y unas sólidas relaciones sociales son factores que influyen positivamente en el bienestar físico y emocional de los mayores, debemos aprovechar las herramientas que nos ayuden a mantener estos vínculos y la cercanía con ellos.
Precisamente eso es lo que han materializado en los supermercados Jumbo. Su jefe comercial, Colette Cloosterman-Van Eerd, lo explica así: "Muchas personas, especialmente las más ancianas, se sienten a menudo solas. Nuestro negocio está fuertemente imbricado en el corazón de la sociedad.Nuestras tiendas son un importante punto de encuentro para mucha gente y queremos jugar un rol importante identificando y combatiendo la soledad".
Clientes contentos
Y añade: "Estamos orgullosos de que muchos de nuestros cajeros estén encantados de sentarse tras las Kletskassa (cajas lentas)". Señala también que "apoyan la iniciativa y quieren ayudar a la gente a establecer contacto con otras personas de manera totalmente desinteresada".
Los clientes también están felices de poder charlar un rato y pasar un momento divertido, sin las prisas ni agobios de los impacientes de las colas.
En definitiva, se trata de un pequeño gesto, pero muy valioso.