Para ayudar a Aleteia a continuar su misión, haga una donación. De este modo, el futuro de Aleteia será también el suyo.
«No hay que idealizar el matrimonio, como si sólo existiera donde no hay problemas», dijo el papa Francisco esta mañana, 27 de enero de 2023, en el Palacio Apostólico Vaticano al recibir en audiencia a los Prelados Auditores, Oficiales, Abogados y Colaboradores del Tribunal de la Rota Romana, con ocasión de la solemne inauguración del Año Judicial.
El papa Francisco renovó su agradecimiento por el trabajo que realiza el Tribunal Apostólico de la Rota Romana al servicio de los fieles en el ámbito de los procesos relacionados con el matrimonio.
En efecto, el pontífice compartió algunas reflexiones sobre el matrimonio e insistió que «hay una fuerte necesidad de redescubrir el significado» de la «unión conyugal entre un hombre y una mujer» y sobre la que se funda la familia.
De hecho, confirmó que «un aspecto ciertamente no secundario de la crisis que afecta a tantas familias» es la «ignorancia práctica» sobre el matrimonio.
En este sentido, citó a San Juan Pablo II, «tanto el hombre como la familia constituyen 'el camino de la Iglesia’».
El matrimonio - dijo el Papa - «no es una ceremonia o un acontecimiento social, ni una formalidad; tampoco es un ideal abstracto: es una realidad con consistencia propia y precisa».
Y explicó que el matrimonio no «una mera forma de gratificación afectiva que puede constituirse de cualquier modo y modificarse según la sensibilidad de cada uno».
El matrimonio es fundado por Dios
El Papa afirmó que la unión conyugal está en el plan divino: «Jesús nos da una respuesta sencilla y al mismo tiempo profunda: "Que nadie divida lo que Dios ha unido" (Mt 19,6). "Dios mismo es el autor del matrimonio", como afirma el Concilio Vaticano II.»
«En efecto, los esposos dan vida a su unión con libre consentimiento, pero sólo el Espíritu Santo tiene el poder de hacer de un hombre y una mujer uno solo».
La fidelidad en el matrimonio
El Papa habla del matrimonio como un regalo y la fidelidad como su consecuencia: «La fidelidad conyugal descansa en la fidelidad divina, la fecundidad conyugal descansa en la fecundidad divina. El hombre y la mujer están llamados a acoger este don y a corresponderle libremente con el don mutuo de sí mismos.».
La indisolubilidad
Francisco advierte sobre una visión «utópica» del matrimonio. Y pide no «ignorar la fragilidad humana, la inconstancia del amor.». «La indisolubilidad se concibe a menudo como un ideal, y tiende a prevalecer la mentalidad de que el matrimonio dura mientras hay amor. Pero, ¿de qué amor se trata? También en este caso suele haber desconocimiento del verdadero amor conyugal, reducido al plano sentimental o a la mera satisfacción egoísta.»
El verdadero amor está entre lo divino y lo humano
En cambio, asegura el pontífice, «el amor conyugal es inseparable del matrimonio mismo, en el que el amor humano, frágil y limitado, se encuentra con el amor divino, siempre fiel y misericordioso».
Entonces, el Papa preguntó: «¿puede haber un amor "debido"? La respuesta se encuentra en el mandamiento del amor, tal como lo dijo Cristo: "Un mandamiento nuevo os doy: que os améis los unos a los otros. Como yo os he amado, amaos también los unos a los otros" (Jn 13,34).»
El mandamiento aplicado al amor conyugal
Por ende, el Papa explicó que este mandamiento se puede aplicar al amor conyugal. El amor de Dios en medio de los esposos. Por eso, valen las palabras de Jesús: "como yo os he amado, amaos también los unos a los otros".
«Es un don confiado a su libertad, con sus límites y sus caídas, de modo que el amor entre los esposos necesita una purificación y una maduración continuas, la comprensión mutua y el perdón. Esto último quiero subrayarlo: las crisis ocultas no se resuelven ocultándolas, sino con el perdón mutuo.»
El matrimonio no debe ser idealizado
«No hay que idealizar el matrimonio, como si sólo existiera donde no hay problemas», dijo el Papa. «El plan de Dios, puesto en nuestras manos, se realiza siempre imperfectamente, y sin embargo "la presencia del Señor habita en la familia real y concreta, con todos sus sufrimientos, luchas, alegrías y resoluciones cotidianas”».
El Papa invitó a ser auténticos también dentro de los muros domésticos:«Cuando vivimos en familia, allí es difícil fingir y mentir, no podemos mostrar una máscara. Si el amor anima esta autenticidad, el Señor reina allí con su alegría y su paz.
La espiritualidad del amor familiar está hecha de miles de gestos reales y concretos».
«En definitiva, la espiritualidad conyugal es una espiritualidad del vínculo habitado por el amor divino”».
El matrimonio como vinculo
El Pontífice invita a ver el matrimonio como un vinculo, y no como si fuera una «atadura» o una «carga», que se opone «a la autenticidad y la libertad del amor».
«Si, por el contrario, el vínculo se entiende precisamente como vínculo de amor, entonces se revela como el núcleo del matrimonio, como un don divino que es fuente de verdadera libertad y que custodia la vida conyugal».
Pastoral prematrimonial y pastoral matrimonial
En este sentido, insta a que "la pastoral prematrimonial y la pastoral matrimonial” sean «una pastoral del vínculo, en la que se aporten elementos que ayuden a ambos a madurar el amor y a superar los momentos difíciles».
«Estas aportaciones no son sólo convicciones doctrinales». El Papa invita a verlas como «caminos prácticos, consejos bien informados, estrategias tomadas de la experiencia, orientaciones psicológicas».
El pontífice ha subrayado que el matrimonio, don de Dios, «no es un ideal o una formalidad, sino que el matrimonio, don de Dios, es una realidad, con una consistencia propia y precisa.»