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Rutinas para fortalecer cuerpo y espíritu en Cuaresma

Notas de una mamá para distintas tareas.

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María Eugenia Brun - publicado el 22/03/23
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Un lindo momento del año, la Cuaresma, tiempo de reflexión y, por qué no, de comenzar buenos hábitos que ayuden a nuestra familia a acercarnos más a Dios

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Implementar ciertas rutinas en nuestro día nos ayudarán a cuidar nuestra salud pero además fortalecerán nuestro espíritu.

Para cuidar nuestra salud es necesario el orden. Es una virtud fundamental para tener y crear buenos hábitos.

Para ordenarnos podemos establecer distintas rutinas durante el día: una en la mañana, otra en la noche, alguna rutina espiritual y de actividades físicas.

Esto no solo beneficia a nuestro bienestar físico sino también espiritual, ya que nos ayuda a disminuir el estrés, a mejorar nuestras relaciones o la fuerza muscular, lo que permite prevenir lesiones.

Quizás ya tengamos alguna de ellas establecida. Si es así, es momento de sumar alguna más. Si no tenemos rutinas, aprovechemos este tiempo de Cuaresma para empezar a elegir una que se adapte mejor a nuestro ritmo de vida  y tareas diarias.

Tengamos presente que nuestro cuerpo es la creación de Dios. Necesitamos cuidarlo ya que por medio de él podemos alabarle. En el Catecismo de la Iglesia católica se explica claramente su valor y el cuidado que debemos prestarle:

"(...) Por consiguiente, no es lícito para el hombre despreciar la vida corporal, sino que, por el contrario, tiene que considerar su cuerpo bueno y digno de honra, ya que ha sido creado por Dios y ha de resucitar el último día."

Rutinas durante el día: en la mañana

Puedes comenzar ofreciendo todo tu día a la gloria de Dios. Por ejemplo, una rutina puede iniciar levantándote en el horario que te fijaste, ni un minuto más, evitando la pereza.

Tomar un vaso de agua y dedicar unos minutos a leer la Biblia.

Realizar 10 o 15 minutos de oración en silencio es tomarse un tiempo para tener una conversación mano a mano con Jesús, hablarle con tu corazón y escuchar lo que él te quiere pedir o darte.

Desayunar, pero no lo primero que encuentre sino planificar tus desayunos, sanos, nutritivos, para estar bien alimentado y desarrollar con normalidad todas las actividades del día de la mejor manera. No podemos descuidar nuestro cuerpo y salud.

Prepararse para la jornada, ropa, vianda, mochilas, lo que se necesite dejar organizado.

Estas son algunas ideas pero puedes planificar tus propias rutinas de la mañana o elegir 1 o 2 para comenzar a ponerlas en práctica.

Rutinas de la noche

Un hombre lee la Biblia.

En la noche se acerca el tiempo de descansar, por lo tanto las actividades deben fomentar el silencio interior. Es momento de olvidarnos de las preocupaciones para así tener un descanso de calidad.

Un ejemplo de rutina para la noche, sería:

  • Cenar temprano en familia, una comida saludable y ligera, y salir a caminar.
  • Realizar alguna actividad sin usar la tecnología, como puede ser pintar, dibujar, leer, entre otras.
  • Rezar el rosario, incluso se puede hacer durante la caminata si se prefiere, o en familia.
  • Aseo general, ponerse el pijama, lavarse los dientes…
  • Leer un cuento a los hijos. Si se tiene niños pequeños se pueden incluir rutinas con ellos.
  • Escuchar música suave, rezar, leer.
  • Hacer un breve examen de conciencia: en presencia de Dios revisa tu día preguntándote si tu comportamiento ha sido como un hijo de Dios en los distintos ámbitos que frecuentas: hogar, trabajo o amigos.
  • Hacer un acto de gratitud, agradecer a Dios por todo lo que pudiste hacer o recibir en el día, y acto de contrición, por los aspectos en lo que he fallado en el día.

Rutina espiritual

La rutina espiritual, en este caso los momentos de oración, los podemos incluir perfectamente en las rutinas de la mañana y la noche, del mismo modo que las lecturas. Estarían faltando los sacramentos (Eucaristía y Penitencia son los que podemos recibir con frecuencia). En el caso de la Eucaristía, organicémenos para ir a Misa: es algo que podemos planificar de acuerdo a nuestros tiempos y horarios y establecer una rutina con ello.

Rutina de movimiento

Un niño pasea con su abuelo.

Realizar ejercicio es muy beneficioso para la salud física y también espiritual, por lo que es importante tratar de establecer una rutina de actividad física, con un horario establecido. Se puede optar por subir escaleras, caminar, bailar, ir a un gimnasio, andar en bicicleta, practicar un deporte o cualquier otra actividad que sea de su agrado o tenga la posibilidad de realizar.

Recuerda que todo hábito se crea poco a poco, no es de un día para el otro. Lo importante es comenzar por algo. Por ejemplo, si se elige la rutina de la mañana, se puede hacer el desayuno saludable, que es fundamental para llevar una buena jornada y los 10 o 15 minutos de oración en silencio. Y luego de establecida esta rutina agregar otra.

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