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La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) expresó su «profundo dolor» por el fallecimiento de 38 personas migrantes y más de 20 que resultaron heridas (1 colombiano, 1 ecuatoriano, 12 salvadoreños, 28 guatemaltecos, 13 hondureños y 12 venezolanos).
Según reproduce iMedia, quien también pidió oraciones fue el papa Francisco durante la audiencia general que presidió en la Plaza de San Pedro este 29 de marzo.
«Oremos por ellos», instó el Papa, dirigiéndose a los peregrinos de habla hispana. «Que el Señor los acoja en su Reino y consuele a sus familias», dijo.
Esto sucedió como consecuencia del incendio ocurrido el pasado lunes 27 por la noche en las instalaciones de la Estancia Provisional del Instituto Nacional de Migración en Ciudad Juárez, Chihuahua.
Se veía venir desde 2020
«Esta situación no es ajena y preocupa a la CEM, pues no se trata de casos aislados y guardan estrecha relación con lo sucedido en 2020 cuando una persona nacional de Guatemala perdiera la vida en la Estación Migratoria de Tenosique, Tabasco, así como los hechos en la Estación de Piedras Negras, Coahuila en 2022», señaló el comunicado de los obispos mexicanos.
El comunicado de solidaridad, firmado por el presidente y el secretario general de la CEM, el arzobispo de Monterrey, Rogelio Cabrera, y el obispo de Cuernavaca, Ramón Castro, es un duro reclamo a las autoridades mexicanas por el trato inhumano que están dando a los migrantes, en sentido contrario de los discursos oficiales.
«El hacinamiento, la sobrepoblación y las condiciones infrahumanas a las que son sometidas las personas en contexto de movilidad, son causa de las numerosas detenciones que realiza el Instituto Nacional de Migración (INM) como resultado de políticas migratorias de contención enfocadas en la seguridad nacional, mas no en la protección de los derechos humanos de las personas migrantes», dice el comunicado de la CEM.
La Iglesia mantiene su compromiso
Hay que resaltar que, en el caso de la Estancia Provisional de Ciudad Juárez (a unos pasos del puente internacional que comunica con El Paso, Texas), donde se produjo el incendio, estaba rebasado en su capacidad máxima que era de sesenta personas. En el momento del incendio se encontraban virtualmente encarceladas setenta personas migrantes, la mayor parte procedentes de Guatemala y Venezuela.
Lo que más ha causado indignación en la sociedad mexicana fue que las cámaras de seguridad mostraron que las puertas de la estancia migratoria en la sección de hombres nunca fueron abiertas para permitir que las personas detenidas por estar sin papeles en México (donde no querían quedarse, por supuesto) pudieran escapar de esa jaula de muerte y resguardarse de las llamas.
Los videos muestran cómo el personal del INM asignado simplemente salió del recinto sin preocuparse de la suerte de los migrantes.
«La Iglesia mexicana ha acompañado a las personas migrantes, refugiadas, víctimas de trata de personas, deportadas y en situación de desplazamiento forzado interno, y mantiene su compromiso con las personas en situación de vulnerabilidad», recalca el comunicado de la CEM, advirtiendo que el trato a los migrantes por parte de los centros católicos de acogida es muy diferente al que proporciona el Gobierno.
Centros de migrantes que son prisiones
Más adelante, los obispos mexicanos recordaron a las familias de las víctimas de esta tragedia que siempre contarán con el acompañamiento pastoral de esta Iglesia, «que es para todas y todos, en donde no importa el lugar de origen, nacionalidad, idioma o situación migratoria. Todas y todos, somos hijas e hijos de un mismo Dios».
«El dolor y el sufrimiento por abandonar el hogar ya es demasiado, y no podemos permitir que su tránsito por México se convierta en un calvario para quienes dejan su familia y país, en búsqueda de una vida mejor», dice el comunicado de la CEM,
El mensaje termina llamando a las autoridades de los tres niveles de Gobierno «a no criminalizar a las personas migrantes», puesto que estos no son «albergues», sino que en la práctica «operan como prisiones y como castigo ante la migración irregular».
En otras palabras, México está repitiendo lo que tanto ha condenado del país vecino: que a los migrantes se les trata como criminales por no tener sus papeles migratorios en regla. Y se les confina en «Estancias» que son lo más parecido a una cárcel. Los terribles acontecimientos de Ciudad Juárez así lo demuestran.