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Un observatorio de apariciones y fenómenos místicos vinculados a la Virgen María fue creado por la Pontificia Academia Mariana a mediados de abril. Esta nueva estructura pretende analizar todos los fenómenos místicos vinculados a María, ya sean apariciones, milagros, lagrimeos o incluso estigmas. En particular, ayudará a establecer su autenticidad gracias a la colaboración de investigadores, científicos y autoridades eclesiásticas.
"Para el observatorio, se tratará de operar de manera eficiente y capilar, de activar comisiones nacionales e internacionales encargadas de evaluar y estudiar las apariciones y fenómenos místicos reportados en diversas regiones del mundo, de promover actividades de actualización y capacitación sobre este tipo de eventos y sobre sus múltiples significados espirituales y culturales", dijo el padre Stephano Cecchin, presidente de la Academia, en una entrevista con Vatican News.
El observatorio está integrado por un comité de dirección y un comité científico central, ambos integrados por especialistas en teología, mariología y eclesiología. También se crearán varios comités científicos a nivel local, para operar "en el campo". Todos trabajarán en un enfoque multidisciplinario, en colaboración unos con otros, para "esclarecer" los misterios que quedan en torno a los fenómenos marianos.
La Iglesia cautelosa sobre la cuestión de las apariciones
Las apariciones marianas están entre los grandes misterios de la fe. Algunos creen firmemente en él, mientras que otros son menos sensibles a él. Para Santo Tomás de Aquino, su función es avivar la fe personal de los creyentes y su esperanza personal y comunitaria.
Para San Juan de la Cruz están en el fondo de la escala dogmática, canónica y mística. Todas las apariciones marianas están en el origen de revelaciones privadas, que pueden estar llamadas a tener un gran impacto como en el caso de Lourdes en Francia o Guadalupe en México. Pero nada añaden al Apocalipsis, que termina con la muerte del último de los apóstoles, San Juan Evangelista.
La Iglesia católica se mantiene cautelosa sobre la cuestión de las apariciones, sean marianas o no. Desde el Concilio de Trento en 1531, han estado bajo el control del obispo y luego del Papa mismo. Por lo tanto, se han informado varios miles de apariciones en los últimos siglos, pero solo un puñado ha sido autenticado por el Vaticano. Un ejercicio particularmente delicado ya que es sobrenatural.
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