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Un grupo de obras del Renacimiento italiano, perteneciente a un notable colombiano ya fallecido, fue subastado en Bogotá. Se trató de una subasta única que difícilmente se repetirá en América Latina, por la belleza de las pinturas y lo poco común que es encontrar estos tesoros artísticos en colecciones privadas de ese continente.
Los quince óleos sobre tela, la mayoría de temas religiosos, fueron verdaderas joyas de la colección privada de Joaquín Piñeros Corpas, un destacado escritor, abogado, historiador, catedrático, compositor y diplomático. Precisamente cuando cumplía una misión diplomática ante la Santa Sede, tuvo la oportunidad de adquirir esta colección.
La pregunta obligada es cómo pudo el embajador adquirir tan destacado conjunto de arte. La explicación tiene una connotación histórica: después de la Segunda Guerra Mundial Italia vio afectada su economía y muchos propietarios de pinturas antiguas se vieron obligados a venderlas. A su vez, extranjeros de buenos recursos eran los más indicados para adquirirlas ya que las tasas de cambio los favorecían.
Obras de gran valor
Alessandro Armato, experto de arte de Bogotá Auctions, la casa de subastas organizadora del evento, explicó a Aleteia que se trata de un conjunto de obras prevalentemente del siglo XVI que ilustran diferentes momentos y facetas del Renacimiento, y en algunos casos tienen un elevado valor histórico y artístico.
«Toda la colección tiene un buen nivel, sin embargo hay unas obras que se destacan como La Virgen de la pera, por ser una virgen del corte leonardesco y con un tabernáculo original. También una pintura de la diosa Atenea, un retrato de joven con chaqueta roja y una representación de Judith y Holofernes”, agregó Armato.
Explica en su página web Bogota Auctions que el principal experto que ayudó a Piñeros a adquirir las obras fue Amadore Porcella, un crítico de arte del diario vaticano L’Osservatore Romano, quien, basado en comparaciones, atribuyó algunos de los trabajos de la colección Piñeros a grandes nombres del arte universal.
Por ejemplo, atribuyó a Andrea Solario, un discípulo de Leonardo, una de las piezas más destacadas del conjunto, la hermosa Virgen de la pera. Esta obra de arte se remonta al siglo XVI y se encuentra insertada en un precioso retablo de madera dorado de la época.
De otra parte, atribuyó a Pietro da Cortona, quien hizo su producción en Florencia en el siglo XVII, un lienzo que representa a Palas Atenea con elmo y armadura renacentistas. Otra pintura, que representa a Judith y Holofernes, el experto lo atribuyó a Lucas Cranach, el joven maestro del Renacimiento alemán; mientras que consideró que la insólita iconografía de san Juan Bautista es una cración Tiziano, influyente exponente del Renacimiento veneciano.
Don Joaquín Piñeros (1915-1982), un prolífico escritor además de humanista y otros tantos roles destacados trajo consigo la colección cuando se devolvió al país y desde entonces permaneció en su casa. Luego de su fallecimiento los hijos decidieron venderla, con la esperanza de que las obras se queden en Colombia.
Se sabe que cuando el papa Pablo VI visitó Colombia quiso verse con don Joaquín, quien durante su vida se destacó por una prolífica labor intelectual, por su vinculación a la Real Academia Española, la Academia Colombiana de la Lengua y de Historia, además de publicar numerosas obras.