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La Semana de la Familia en Bolivia (7 al 14 de mayo) tuvo un momento más que especial durante el fin de semana. Es que en la catedral de Santa Cruz de la Sierra más de 200 parejas renovaron sus promesas matrimoniales, ceremonia que logró unir en un mismo lugar a personas de diversas generaciones y con un único propósito: «testimoniar el don maravillo del matrimonio».
En efecto, tal cual recuerda el sitio oficial de la Arquidiócesis de Santa Cruz de la Sierra, de esta celebración participaron tanto parejas recién casadas como otras con más de 65 años de matrimonio.
El encargado de ofrecer su reflexión con respecto a la importancia de esta celebración y el don del matrimonio fue el obispo auxiliar de Santa Cruz y responsable de Pastoral Familiar, monseñor Estanislao Dowlaszewicz.
«Ustedes queridos esposos, hoy día son los apóstoles de eso que el Señor nos ha dejado, como los primeros apóstoles salieron porque han dicho sí. Todos los hombres necesitan raíces espirituales, sólo entonces puede florecer la bondad, el amor, la amabilidad y la paz en nuestros corazones», expresó el obispo de origen polaco.
Un pedido a los padres, recuperar la autoridad
El obispo auxiliar de Santa Cruz aprovechó también la celebración de matrimonios para pedirle a los padres de familia que recuperen la autoridad que tenían.
«Mis queridos hermanos, solo redescubriendo y reconociendo la autoridad de Dios, se podrá poner orden la vida moral, en lo social, económico y político. Pidámosle a Dios que cada día sea un tiempo de intensa búsqueda y de aceptación de la autoridad de Jesucristo, en cada ámbito de nuestra vida, especialmente en el ámbito de la familia», indicó.
«Dejemos y transmitamos buenas enseñanzas a nuestros hijos, así ellos van recorrer el camino de la fe que ustedes le han enseñado con su claro ejemplo de vida. El testimonio de fe en Dios se transmite a través de la oración, pero de una manera especial, a través del testimonio de vida, cuando tú pones a Dios en el centro de tu vida y de tu familia, porque los buenos ejemplos se transmiten de generación en generación», prosiguió.
Más diálogo en familia
«Dediquemos un tiempo especial para el diálogo en familia, aunque el internet, los teléfonos celulares, la televisión, quitan mucho tiempo, encontremos un tiempo para conversar con nuestra familia, por lo menos el domingo», dijo también el obispo.
En ese sentido, Dowlaszewicz pidió que el domingo sea un día para compartir en familia, donde se deje a un lado el móvil y se pueda tener un momento feliz para fortalecer el vínculo de amor. Pero el obispo también expresó que la renovación de las promesas matrimoniales es de alguna manera el recuerdo de los inicios de cada familia. «Hoy al decir SÍ, una vez más, van a reconstruir la fuente de su amor», sostuvo.
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La repetición de la boda
Otra de las reflexiones que ofreció el obispo a los matrimonios es aquello del agradecimiento y redescubrimiento.
«La bendición de hoy, es como la repetición de la boda, cada uno de ustedes va vivir de nuevo ese momento de felicidad y redescubrir que la vida matrimonial es hermosa. Hoy también es el momento para agradecer a su esposo, a su esposa por tantos años de estar juntos, de compartir las alegrías, tristezas, puede ser también de tantos días de silencio, pero también de tantos días de felicidad, que han vivido cada uno de ustedes», dijo.
«El amor y el matrimonio son el don de Dios, sus hijos son el don de Dios, sus nietos son el don de Dios, y realmente es una gran bendición de Dios, y Yo en nombre de ustedes en esta Eucaristía, voy a pedir al Señor para que el SÍ pronunciado años atrás, se haga realidad hoy día», agregó.
Vale la pena…
Finalmente, antes de la bendición familiar, las parejas que renovaron sus votos matrimoniales pudieron vivir un momento también emotivo en que se tomaron las manos y se miraron para reafirmar aquello de que «vale la pena luchar por el amor y por la familia en Cristo resucitado», tal cual agregó la Arquidiócesis de Santa Cruz.