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Hay informes de apariciones de san Miguel Arcángel en varias partes del mundo. En Francia, por ejemplo, santa Juana de Arco tuvo una visión del príncipe de la milicia celestial.
En México, según la tradición, san Miguel se apareció tres veces a un joven converso llamado Diego Lázaro.
La primera fue durante una procesión el 25 de abril de 1631, en el pueblo de San Bernabé Capula, municipio de Natívitas, en el estado de Tlaxcala.
San Miguel ordenó al joven que les dijera a los vecinos que, en un valle entre dos cerros de la zona, se encontraría un manantial de agua milagrosa. Esa agua, según el arcángel, sería capaz de curar enfermedades.
El protector celestial le dijo al joven:
Debes saber, hijo mío, que soy san Miguel Arcángel. He venido a decirte que es voluntad de Dios y mía que le digas a la gente de este pueblo y sus alrededores que en la quebrada entre estos dos cerros, la que está frente a este lugar, encontrarás una fuente de agua milagrosa. Agua para todas las enfermedades, que estará debajo de una peña muy grande. No dudes de lo que te digo, ni dejes de hacer lo que te digo que hagas.
Otra aparición y una reprimenda
El joven no creyó en la visión y, temeroso de ser llamado loco, no transmitió el pedido del arcángel.
Meses después, Diego Lázaro enfermó gravemente de cocoliztli, una epidemia que había matado a millones de personas en el siglo XVI.
Cuando todos esperaban su muerte, san Miguel se le apareció de nuevo, rodeado de intensos rayos de luz.
Los familiares del joven se sorprendieron, pues incluso ellos pudieron ver una luz muy brillante que salía de la habitación donde agonizaba el muchacho. Entonces fueron a ver qué había pasado y encontraron a Diego curado.
El joven contó cómo, de manera misteriosa, el arcángel lo había conducido a la fuente de agua milagrosa donde se iba a construir un santuario. En la visión, san Miguel estaba liderando el camino, abriendo el camino para el joven.
El arcángel entonces reprendió a Diego, porque no había hecho caso a su pedido. La enfermedad, de hecho, había sido un castigo por su desobediencia.
San Miguel volvió a ordenar que se informara a los fieles sobre el manantial "sin temor y sin demora". De lo contrario, Diego volvería a contraer la enfermedad.
La tercera aparición
Según la tradición, san Miguel se apareció una vez más al joven. Después de esta, Diego recogió una muestra de agua de la fuente y se la envió al obispo local.
Entonces el obispo repartió el agua entre algunos enfermos, y todos los que la bebieron se curaron.
Años más tarde, el obispo de Puebla ordenó la construcción de la actual iglesia de San Miguel del Milagro, donde se consagra el manantial milagroso.
El lugar de peregrinación recibe cada año a miles de fieles, especialmente en el mes de septiembre, cuando la Iglesia celebra a los santos arcángeles.
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