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El plástico es uno de los mayores contaminantes de mares y playas. Oscar Olivares no llega a los 30 años de edad (Caracas, 1996), pero está demostrando que la creatividad en las artes visuales puede ser decisiva a la hora de convertir un material, altamente nocivo para la naturaleza, en un agente de cambio en las zonas populares y hasta rendir un tributo a los mejores valores culturales y espirituales de nuestros pueblos.
Oscar conversó con Aleteia para contarnos acerca de su trabajo, que no sólo acumula ya numerosos premios y reconocimientos por su obra expuesta, sino que está siendo solicitado hasta en México, país de insignes muralistas.
En su momento, fue el artista más joven del Artexpo Nueva York 2017 y 2018 y ha sido catalogado como Artista Héroe del «10mo Passion for Freedom Ar Festival de Londres 2018». Hasta tiene su academia pues en 2019 funda la Academia Olivares, una escuela de dibujo que ha recibido a más de 3.000 estudiantes de todo el mundo y que mantiene el único programa de becas artísticas en Venezuela, apoyando a 100 jóvenes cada año. Eso, sin agregar que es un respetado conferencista y emprendedor artístico.
Del puntillismo a las tapas de botellas
Cuenta que cuando le propusieron realizar un mural con tapas de botellas se lo pensó. No le interesaba mucho. Ya tenía en su haber murales muy reconocidos. Pero aún no sabía a dónde le llevaría coleccionar tapas de botellas.
Así fue como en 2019 aceptó la propuesta de la organización ambientalista Okospiri y un grupo de arquitectos de una alcaldía al este caraqueño para realizar el primer mural ecológico de Venezuela que le exigió recolectar 250.000 tapas. Desde entonces, se han multiplicado estos trabajos, siendo solicitado en el estado Táchira, en México, Arabia Saudita, Miami, Bogotá, Houston, Panamá, Denver, Santo Domingo, Kuala Lumpur y Londres.
En la localidad mirandina de Guatire emprendió un mural que resultó ser el más grande del mundo con esta técnica, logrando reutilizar más de 300.000 tapas de botellas las cuales, como mosaicos, deben ser colocadas una a una. El mural alcanza los 330 metros cuadrados y lo realizó en 33 días de trabajo continuado.
Oscar trabaja rápido. A veces, en cuestión de un par de meses culmina los trabajos con gran dedicación y sentido de las proporciones.
«Primero hago una maqueta conociendo bien las dimensiones del muro o pared donde trabajaré. Luego trazo el dibujo, distribuyo colores y, con eso bien definido, subo a los andamios y voy rellenado de arriba hacia abajo», indica.
Suena sencillo, pero cuando se le ve trabajar, se percata el observador de la complejidad que revisten estas obras a escala.
Él es un gran entusiasta y pronto pasó de la técnica muralista a base de puntos de color a utilizar las tapas de botellas «que de otra manera habrían terminado ensuciando playas y el fondo de nuestros mares».
«Cuando anuncio que voy a emprender un nuevo mural, de inmediato aparecen donantes de tapas por todas partes y pronto acumulo la cantidad y colores necesarios», prosigue.
La misma belleza y colorido de sus obras hace que la gente, usualmente inclinada a pintorretear muros en las calles con toda clase de grafitis, respete escrupulosamente los trabajos de Oscar y hasta los cuide y defienda ante cualquier intento de embarrarlos.
El reciclaje que conquistaría a papa Francisco
Tan defensor como es de la «casa común», si el papa conociera su obra, apostamos dólares contra tapas de botellas que le solicitaría un mural para el Vaticano. De lo que fuera. Se ven espectaculares las imágenes religiosas que ha representado, desde la Virgen María hasta José Gregorio Hernández, nuestro beato.
Para completar, el pontífice recibió hace poco a un Spiderman en Roma. Oscar también tiene mucho que decir sobre ese personaje. Lo llaman «El Sipderman venezolano».
Nuestro muralista ha puesto sello venezolano al universo Spiderman. Orgulloso y emocionado, nos dijo que sería el encargado de darle voz a uno de los Hombres Araña en el Multiverso de Marvel.
«Sony Pictures me ha escogido para interpretar a una de las versiones de Spiderman en la próxima película, a través del SpiderVerso. Doblaré en español para toda Latinoamérica al primer Spiderman con acento venezolano», reveló.
Desde niño sintió pasión por este personaje y hoy está inmerso con fascinación en las aventuras que siempre disfrutó. Este mes de junio se estrena la película. «No quepo de la emoción», dice a todo el que escucha.
Un día, apareció un mural que tituló: «Spiderman almorzando en Caracas». El hombre-araña comía arepas -el plato que reina en los hogares venezolanos- en un tejado, con la imagen de un Turpial, el pájaro nacional, a su lado. Muy significativo, tomando en cuenta que este joven artista se ha propuesto concientizar a la colectividad acerca de la importancia de cuidar el ambiente y respetar la ecología.
Agente de cambio
Este artista plástico venezolano es agente de cambio en zonas populares trocando contaminantes en arte visual. En Caracas, una populosa zona conocida como Cota 905 -barriada caraqueña muy mencionada en los últimos tiempos por los enfrentamientos entre bandas delictivas y constantes hechos de violencia diversa- Oscar plasmó una de sus obras.
«Pudimos ver -nos dice- como chicos en situación de calle, participaban en la obra y, orgullosos, se sentían parte del lugar. Lo que buscábamos con este trabajo era, no sólo transformar el espacio sino dar otro tipo de referentes a todos estos jóvenes que han vivido tanta violencia por mucho tiempo».
El 6 de junio (2017) hace pública la obra titulada «Los héroes de la Libertad», en donde muestra a casi sesenta de los jóvenes caídos durante las protestas que estremecieron al país, la cual llega a ser una de sus obras de mayor impacto social publicada en varios medios digitales.
Y es que el arte no sólo transforma personas sino que es capaz de cambiar a una sociedad entera. Oscar lo explica: «Ese poder viene de alcanzar a tocar nuestras emociones e influir en el inconsciente colectivo. Siento que vamos a seguir generando cambios importantes a través del arte, al menos en materia de reciclaje. Hay miles de personas que por primera vez están reciclando y eso gracias a estos murales».
Siempre abierto a la innovación a la que todo artista se debe, dedica mucho tiempo a observar su entorno para enriquecer su talento. «Gran parte de la evolución de un artista -nos explica- no se debe solo a los libros y cursos, sino también a las experiencias que vive y a prestar atención al mundo que nos rodea, porque muchas veces la innovación está en cosas que vemos todos los días pero no les prestamos atención».
Más murales
Vienen más murales para Venezuela. También para otras ciudades del mundo, que reclaman su técnica y su arte. Siente todo ello adosado a su ser, es su pasión. Ama la vida. También a su familia. Opina que «el color es la mayor expresión de los sentimientos».
Perdió a su padre, Oscar Olivares, poco después de nacer. También era ilustrador y de allí le viene la casta al galgo, porque Oscar es un tremendo ilustrador y caricaturista.
Su madre, Maribel Olivares, lo inscribió a los seis años en un concurso de dibujo y arrancó pintando a los futbolistas venezolanos. Ella, quien también es conferenciante en la rama del arte, nos cuenta que ha dejado todo, un buen trabajo profesional y una trayectoria, por dedicarse a acompañar a su hijo en estas tareas.
Ella está siempre a su lado, es madre, manager, fan, en fin, que se trata de una dama orgullosa de su hijo artista. Dice que va y viene, que es un torbellino de ideas y proyectos. Viaja mucho y cada vez que lo hace, «viene más inspirado y motivado». Oscar tiene novia pero, a juzgar por la velocidad con que vive y el enjambre de proyectos que tiene en agenda, tal vez un matrimonio sea seguro, pero más adelante.
La comprensión de la espiritualidad venezolana está conectada con la suya propia. Muchos de sus trabajos están dedicados a imágenes religiosas, especialmente a la Virgen María en sus distintas advocaciones, según las regiones del país. Y son verdaderas obras de arte en tapas de botellas.
Los claroscuros de los rostros y sus velos, son milimétricamente reflejados en colores distintos. Hasta los ramilletes que les coloca, con las tapas del lado hueco, abiertas en flor, son un monumento a la creatividad y puro arte con inspiración trascendente.
Tan sólo para Venezuela planea unos 6 murales en los tiempos venideros, sin contar con lo pautado para otras latitudes ni los que se “atraviesen” en el camino.
En cada una de sus conferencias es altamente motivador porque «quiere generar esperanza a través del arte». ¡Y vaya que lo consigue!