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Es restaurador y vive en el Cristo Redentor

BRAZIL
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Esteban Pittaro - publicado el 23/06/23
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El celador del Cristo Redentor en Río de Janeiro es un argentino de humildes orígenes

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El Cristo Redentor, santuario católico y punto de peregrinación además de uno de los principales atractivos turísticos del Brasil, tiene celador. Como todo templo, como todo santuario, como toda capilla, tiene un responsable. Y curiosamente no es brasilero; es argentino. Nacido en Buenos Aires, Pablo Cardoso tiene una historia muy especial, siempre ligada a la Iglesia.

Hoy su lugar de trabajo, su morada misma, es junto al Sagrado Corazón de Jesús del Cristo del Corcovado, dentro de la monumental obra de 30 metros de altura erigida sobre el cerro Corcovado.

Las «ventanas» de su oficina surgen desde los hombros del Cristo para darle maravillosas vistas que ocasionalmente comparte en sus redes sociales. Algunas que muestran a Cristo reinando muy por sobre las nubes. Su casa, reveló el programa Jornal Hoje de Tv Globo, se encuentra dentro mismo del monumento, debajo del brazo izquierdo.

Pero antes de ser contratado por el Arzobispado de Río de Janeiro para este cuidado, este restaurador de experiencia en otros templos conoció a la Iglesia como beneficiario directo de sus programas sociales. Incluso recuerda haber conocido al entonces obispo monseñor Jorge Bergoglio de los años en que Cáritas Buenos Aires ayudaba a él a y a su familia a salir adelante.

Para el programa Jornal Hoje, el hombre, que también colaboró con la última gran restauración del Cristo, declaró:

«Vengo de una familia que sufría necesidades básicas, iba a la iglesia y a través de organizaciones benéficas me ayudaban, y con esta ayuda que me daban en la Iglesia podía prosperar, podía estudiar, y pude avanzar en la vida como ser humano», explica el custodio privilegiado del monumento cristiano inaugurado en 1931, el más importante de Sudamérica.

Además, Cardoso aseguró que su madre le dijo que desde pequeño decía «que algún día estaría aquí». «Y hoy vivir en este lugar es algo de otro mundo, creo que es un regalo, un regalo de Dios. Es increíble», relata al medio brasilero.

Cardoso suele relatar la historia del Cristo a los peregrinos, e incluso vestido de payaso para recibir a los más niños. Como tal, también ha acompañado obras de bien. También se ha mostrado cercano a obras de caridad en favor de los más vulnerables, como las que alguna vez lo ayudaron a él a salir adelante. Se presenta a sí mismo en redes sociales como restaurador de bienes culturales, activista social comunitario, artista plástico, payaso, músico y actor.

Cardoso parece disfrutar su trabajo. Que no es poca cosa. El Cristo Redentor se erige a más de 700 metros de altura en el cerro Corcovado. Pesa 1145 toneladas. El mirador al que arriban los peregrinos y los turistas se encuentra en la parte baja de un pedestal de 8 metros de altura. Sobre él, sostenido en dos pies de 1.35 metros cada uno, 30 metros de altura. Entre ambos brazos abiertos, en señal de acogida, 28.

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