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Jesús, la barca de Simón, remar mar adentro, echar las redes, no temer y la invitación a ser pescadores de hombres. El resultado, tal cual queda de manifiesto en el evangelio (Lucas, 5), aquello de dejar esa barca en tierra, dejarlo todo y seguir a Jesús.
Esta famosa escena, que sigue cautivando 2.000 años después, mantiene también un efecto especial en aquellas personas cuyas vidas están fuertemente enlazadas con el mar y que tienen como patrono nada más ni nada menos que a San Pedro.
Un claro ejemplo de esto es la tradición que revive en la localidad de Caldera, provincia de Copiapó (Chile), donde el domingo 25 de junio se celebró la misa solemne por la fiesta de San Pedro presidida por el obispo del lugar, monseñor Ricardo Morales.
La imagen incendiada que volvió a navegar
La celebración, tal cual indicó la Iglesia de Chile, contó con la presencia de autoridades tanto comunales como regionales, pero también de pescadores y otros miembros de la comunidad.
Pero como nota particular se destacó la presencia y bendición de la imagen de San Pedro que en 2022 había sido vandalizada en el puerto de Caldera quedando totalmente incendiada. Aquel suceso llenó también de tristeza a los pescadores, tal cual reprodujeron algunas crónicas de ese momento como la de Nostalgica.
Sin embargo, la imagen de San Pedro fue restaurada y en la edición 2023 de esta fiesta en su honor volvió a navegar «mar adentro» junto a los pescadores.
Fue en ese contexto donde Morales hizo referencia a aquello de que la santidad es para todos y puso como ejemplo a San Pedro, «que negó al Señor tres veces, que se hundió en el mar cuando perdió la fe en la palabra de Jesús que lo llamaba, y tuvo miedo».
«Muchas veces nosotros tenemos miedo, la fe empieza a tambalear y nos hundimos. Si tenemos dudas, miremos a Pedro, cuya fe falló. Su figura es una invitación a confiar en el Señor y a superar el miedo», prosiguió el obispo.
Un mar calmo y una tibia mañana
Luego de la misa, la imagen de San Pedro que había sido colocada en la embarcación El Cid para recorrer la bahía, pudo realizar la tan anhelada procesión. Eso pasó, tal cual subraya la Iglesia de Chile, en medio de un mar calmo y una tibia mañana.
Fue durante ese trayecto donde Morales también bendijo a las embarcaciones presentes, así como a las familias y los bailarines que también se presentaron durante la festividad.
«Una vez de vuelta en el muelle la imagen del santo fue trasladada en procesión de vuelta hasta la capilla San Pedro», prosiguió la Iglesia de Chile.
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Confiar en todo momento
Fue así como transcurrieron las celebraciones en la Caldera, en días de gran devoción en varias partes del mundo hacia San Pedro de cara a la fiesta del 29 de junio.
No obstante, en medio de esta tradición, una vez más lo que queda es aquello de lo simbólico: la imagen del patrono que tras sobrevivir a un incendio (lastimado y finalmente restaurado) vuelve a salir junto a los suyos a navegar, volver a colmar de alegría y acompañar durante los diversos trayectos de la vida.
Y como siempre, una vez más, de fondo todo aquello de dejar los temores a un lado y confiar en Dios en todo momento.