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Un sacerdote de 85 años asiste a la boda de su nieto

WEDDING
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Ricardo Sanches - publicado el 13/07/23
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«Casi nadie tiene la oportunidad que tuve yo», dijo el padre Pablo, tras casar a su nieto

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El raro evento de un sacerdote celebrando la boda de su propio nieto tuvo lugar en St. Teresa de Lisieux en Porto Alegre, Brasil.

El sacerdote de 85 años, Paulo Müller, esperaba desde el altar a una pareja de novios : su nieto Ânderson y su prometida Rafaella. Cuando la joven decidió casarse por la iglesia, el novio decidió invitar a su abuelo a la ceremonia. Y nos describe cómo sucedió:

«Fue un momento muy importante para nosotros, no solo porque veníamos planeando una boda desde 2019 y tuvimos que posponerla varias veces, lo que aumentó aún más nuestras expectativas. El abuelo fue el primero en recibir una invitación con una nueva fecha de boda y una solicitud para ser el celebrante de la misa nupcial. Después de decidir casarme con Rafaella, probablemente fue la mejor decisión que tomé».

Celebrar la misa nupcial de su propio nieto fue una ocasión especial para el sacerdote. «Fue francamente increíble. Casi nadie tiene la oportunidad que tuve yo», dijo el padre Paulo en una entrevista con el sitio brasileño de noticias G1.

En declaraciones a Aleteia, el novio también dijo que, durante la ceremonia, el celebrante inspiró a familiares e invitados con su testimonio personal sobre el matrimonio:

«Tiene una experiencia que muchos sacerdotes no tienen. Después de todo, él mismo vivió en un matrimonio y sabe en la práctica cómo funciona esta institución sagrada. Se esforzó mucho en hablar a todos los presentes sobre ello, sobre la fidelidad y la confianza, tanto en los días previos a la boda como en el día de la boda».

Padre Paulo Muller
Padre Paulo Müller: Padre, abuelo, viudo y sacerdote

Viudo y ahora sacerdote

Paulo Müller estuvo casado durante 29 años. Tuvo cuatro hijos y cuatro nietos. Incluso antes de su matrimonio, era una persona muy religiosa; llegó a considerar ingresar al seminario, pero finalmente eligió el matrimonio.

Después de la muerte de su esposa Lizzete, Paulo decidió servir más a la Iglesia. Fue catequista, ministro extraordinario de la Eucaristía y luego diácono. Fue ordenado sacerdote en 1992. Hoy, a los 85 años, es párroco en Novo Hamburgo, en el estado de Rio Grande do Sul, en el sur de Brasil.

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