En Argentina, Colombia, Venezuela, Panamá, El Salvador y Guatemala hay 138 murales que han sido pintados de manera comunitaria por Cris y las personas de las comunidades en las que pinta.
Durante este mes de julio, Cris (@crisdibujante92 en Instagram) se unió a la comunidad de la parroquia de san Francisco de Asís, en La Plata, Argentina, para pintar un mural que conmemora el décimo aniversario del pontificado del Papa Francisco.
«Él, con su mensaje, nos ha dado un montón de fuerza a la Iglesia. Por lo menos lo que yo he visto en Latinoamérica es que el mensaje del Papa Francisco ha ayudado un montón a la Iglesia para tomar más fuerza y rejuvenecerse. Entonces, yo creo que es necesario celebrar estos 10 años del Papa Francisco y reconocerlo. Haciendo todo el esfuerzo que él hace, pudiendo haberse jubilado hace diez años… hay que reconocerlo y hay que agradecerlo. Es un regalo del Espíritu Santo».
El arte como una oración
Cris compartió para Aleteia el vínculo que encuentra entre el arte y la espiritualidad, señalando que el proceso del arte va unido a la oración, empezando por el hecho de que el arte no nace si uno no contempla, «y si eso no es una oración, no sé que es. Como dice san Juan Pablo II, el artista es artífice, y para poder ser artífice hay que saber —no ver— sino contemplar».
Primero, la contemplación: «El arte necesita saber contemplar, saber ver lo que te rodea, lo creado. Ver las realidades de este mundo, todo lo que pasa. Así que eso, ya de por sí, es un modo de oración».
En segundo: «Uno contempla, pero a la vez internaliza las cosas. El arte tiene ese filtro del interior de cada uno; eso es pasarlo por el alma de uno, por el corazón y por Dios. Ponerlo en las manos de Dios. Así que, necesariamente, es todo un proceso de oración».
Y tercero, plasmar: «Uno contempla, uno lo reza o lo juzga por dentro, hace ese filtro interior; pero cuando uno dibuja, dibuja lo que le resuena en ese juzgar interno, lo que hace ruido por dentro. A mí me pasa que veo algo muy bello y digo: lo tengo que dibujar, pero a la vez también, cuando hay cuestiones sociales, hay que decirlo, hay que dibujarlo. Esas cosas que uno tiene que decir son parte de esa oración».
Sembrar esperanza con el arte
Pintar murales y hacer dibujos es una oportunidad que Cristian tiene de hacer un mundo mejor. «Yo con mi arte trato de seguir esos pasos (de Jesús), de darle un poco más de color a la vida, y también dar un mensaje de esperanza.
Por eso yo creo en lo colectivo, en lo comunitario. Creo que mediante el arte se puede transmitir la esperanza, que es lo que necesita este mundo y es lo que se necesita para que todos nos pongamos las pilas y lo cambiemos (el mundo), pero siempre en sintonía con el mensaje de Jesús».
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Nada en individual, mucho menos la evangelización
Los murales colectivos de Cristian son pintados a partir de la colaboración. Todas las personas de la comunidad están invitadas a participar porque él cree que nada en esta vida debe hacerse desde el individualismo; ni siquiera el arte, y mucho menos la evangelización ni la vivencia de nuestra fe.
«Incluso la Biblia dice que Jesús nos envió de dos en dos, y hay un poco de esa sabiduría de que nuestra fe necesariamente es comunitaria. La Biblia lo dice muchas veces, (por ejemplo) cuando dice "donde haya más de dos reunidos en mi nombre..." Habla de eso, habla de la evangelización y es necesario que nos ayudemos entre nosotros».
Cuando Cristian habla de la colectividad tiene muy claro que existen diferentes talentos y maneras de involucrarse que, en conjunto, darán frutos.
«Cuando yo arranqué con el dibujo no tenía tantas herramientas para hacerlo, pero había un montón de gente que confió en mí y me apoyó. Entonces, hay que ser esa “segunda persona” (la que no se lleva los aplausos). Hablamos siempre sobre quien tiene el talento, pero no nos enfocamos tanto en estar atento a los amigos, a ver cuáles son sus proyectos y en qué los podemos apoyar. Hay que apostar también a que mi talento pueda apoyar al otro, a que él crezca».