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Hace diez años —por petición de un sacerdote—Will Galvez comenzó a coordinar un coro para cantar misas; después, ese coro se abrió a los alumnos de los colegios de los Legionarios de Cristo en Guadalajara. Ahora, Kayrós es un grupo de 10 jóvenes que han encontrado, en este ministerio, una manera de Alabar a Dios con sus talentos.
Desde el inicio, el objetivo de Kayrós ha sido acercar a los jóvenes, y a las personas en general, a Cristo Eucaristía con la música. «Empezó la inquietud de formar un grupo que se dedicara completamente a la alabanza, y sobre todo, a hacer canciones propias», recordó Will. A partir de ahí, tres amigos empezaron a componer canciones y sumar a otros músicos católicos.
En todos estos años, las Jornadas Mundiales de la Juventud han marcado a la banda. Desde Cracovia, hasta Panamá y ahora, Lisboa. En 2016, con motivo de su visita a México le escribieron al Papa Francisco la canción «Misionero de humildad», y con ello, se abrió un parteaguas en el grupo. Unos meses después, se presentaron en la JMJ de Cracovia. Esta fue la primera vez que pisaron un «escenario a lo grande».
En Panamá tuvieron la bendición de compartir su música y alabanza en el escenario principal y ahora, en Lisboa, tocarán en el evento de inauguración.
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Lo que más los emociona de esta experiencia de tocar por tercera vez en una Jornada es «poder compartir la palabra, la alabanza; poder acercarnos cada vez más a las personas para que el mensaje de Cristo llegue. Más allá de la cantidad de personas que nos vayan a escuchar, el hecho de estarnos preparando espiritualmente para la Jornada también es de las cosas que me emocionan mucho», comentó Diego, director musical.
Al servir a Dios, nos llenamos de Él
Llegó el momento donde sentían que hacía falta algo más. «Como que el Espíritu Santo nos empujaba a predicar más, a estar más cerca de la palabra». Después de discernir cuál era la voluntad de Dios, la banda comenzó a cambiar. «Lo que escribimos y tocamos ahora va más acompañado de una preparación en la cual oramos, estamos cerca de la Palabra de Dios, nos mantenemos en gracia y tomamos esa responsabilidad que conlleva la música, predicar, ser pastores, ser profetas, ser acompañantes y apóstoles», comentó Pablo, tecladista.
«Siempre hemos escuchado la frase “el canta ora dos veces”(de san Agustín). Entonces, para nosotros ese talento que Dios nos entregó, es un gusto emplearlo, pero aparte de todo, emplearlo para Él. Darlo de regreso y tratar de llevar Su mensaje. Yo creo que la experiencia auditiva complementa todo; estoy en oración, pero también estoy escuchando a Dios a través de las letras y las notas musicales. Eso te llena más el corazón, te llena el alma», comentó Alfredo.
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En entrevista para Aleteia, comparten que su objetivo, como banda y como personas, es acercarse más a Dios y, a través del proceso de composición de sus canciones, no solo han logrado compartir el mensaje de Cristo, sino que todo ha regresado a ellos con gracias de Dios. «El trabajo personal (al componer), en lo secreto de nuestra habitación y con la puerta cerrada, nos ha llevado a estar en gracia y ese es un regalo que, a su vez, hace que el ministerio crezca».
«El talento más grande es la entrega a Dios»
Sobre poner nuestros talentos al servicio de Dios y de nuestra Iglesia, Carolina, vocalista del grupo, compartió que aquello que Jesús puso en tu corazón como un don o un talento «no se debe desperdiciar. Todo es para compartir, todo es para servir. Y creo que ese es el consejo que les puedo dar, que se atrevan, que den el primer paso».
Por su parte, Alan Taylor, mánager del grupo, compartió que muchas veces pensamos que los talentos son cantar, bailar, pintar; pero «el talento más grande que puedas tener es la entrega a Dios».
«A veces no nos damos cuenta que tenemos un gran impacto haciendo cosas muy pequeñas, pero que llenan mucho; desde llenar un excel, hacer un diseño gráfico, promocionar o llevar las finanzas. Hay muchos jóvenes que tienen otro tipo de habilidades. Yo no sé cantar, no sé hablar en público, pero soy muy bueno organizando cosas. Es entender que Dios nos llama a muchas cosas y no solamente clavarse con las partes del ego, de decir «a mí me gustaría hacer tal cosa». Al final del día todo es para Él y hay que tener docilidad. Como decía Caro, dar el primer sí».
«Si Dios nos ama, básicamente (hay que) servir con lo que Él te dio, haciendo lo que te gusta. Saber cómo puedes amar al prójimo, con lo que sabes hacer. Así es como va creciendo esto, que es una comunidad», señaló Manuel, baterista del grupo.