Al dirigirse a las autoridades portuguesas con motivo de su primer discurso en suelo luso en la JMJ de Lisboa (1-6 de agosto de 2023), el Papa Francisco instó a Europa a encontrar soluciones pacíficas en Ucrania. Refiriéndose a la reciente ley que despenaliza la eutanasia en Portugal, el Papa argentino criticó a un Occidente que lucha por acoger la vida humana. Proponiendo 3 ámbitos de esperanza —el medio ambiente, el futuro y la fraternidad— saludó la presencia de jóvenes de todo el mundo en Lisboa, jóvenes que "no están en la calle para gritar de rabia, sino para compartir la esperanza del Evangelio".
El Papa ha llegado esta mañana a Lisboa para participar en su cuarta Jornada Mundial de la Juventud desde su elección en 2013. Se espera un millón de peregrinos, según los organizadores. Tras pisar suelo portugués, el Papa se dirigió al Palacio Nacional de Belém, residencia oficial del Presidente de la República, donde conversó en privado durante media hora con el Presidente Marcelo Rebelo de Sousa. Desde una ventana del palacio, también bendijo a la multitud de cientos de jóvenes que rodeaban el edificio, ondeando banderas multicolores de todo el mundo.
A continuación, el Papa fue recibido en el centro cultural adyacente, donde se reunió con las autoridades del país, el cuerpo diplomático y representantes de la sociedad civil, en un auditorio decorado con los escudos del Vaticano y Portugal.
"¿Hacia dónde navegáis [Europa] si no proponéis rutas de paz, vías creativas para poner fin a la guerra en Ucrania?" Como ya hizo durante su viaje a Budapest el pasado mes de abril, el Papa Francisco ha lanzado un nuevo llamamiento para que Europa encuentre perspectivas de paz en Ucrania. En un momento en el que la diplomacia vaticana es una de las pocas que busca la mediación —el cardenal Matteo Zuppi fue enviado recientemente por el Papa a Ucrania, Rusia y Estados Unidos—, el Pontífice argentino deploró la carrera armamentística, que "no es una inversión de futuro".
Desde Lisboa, el Papa habló de su "sueño de una Europa, corazón de Occidente, que utilice su ingenio para apagar los focos de guerra y encender los rayos de esperanza". En su discurso, recordó que fue en esta capital cosmopolita donde se firmó en 2007 el Tratado de reforma de la Unión Europea, cuyo texto afirma que "la Unión tiene como finalidad promover la paz, sus valores y el bienestar de sus pueblos".
Tras acudir a Portugal para reunirse con miles de cristianos de todo el mundo, el jefe de la Iglesia católica expresó su deseo de que estas "JMJ sean, para el 'Viejo Continente' [...] un impulso de apertura universal". Refiriéndose a la intuición de los Padres fundadores de la Unión Europea, el Pontífice afirmó que el mundo necesita "la verdadera Europa: necesita su papel de constructora de puentes y de pacificadora en su parte oriental, en el Mediterráneo, en África y en Oriente Medio".
El Papa denuncia el "fácil acceso a la muerte"
En otro orden de cosas, el Papa Francisco criticó la incapacidad de Europa y Occidente para proteger la vida humana. Según él, la vida humana está "en peligro por las tendencias utilitaristas que la utilizan y eliminan". Sin mencionar la palabra "aborto", el Papa rindió homenaje a "todos esos niños no nacidos". También condenó las "tragedias en el mar y las cunas vacías".
Refiriéndose a tantas "leyes sofisticadas sobre la eutanasia", el Papa Francisco criticó la ley de despenalización de la eutanasia aprobada en Portugal el pasado mes de mayo, provocando un aplauso en la asamblea. Tras denunciar el "rechazo de los ancianos", preguntó: "¿Hacia dónde se va si, ante el dolor de vivir, se ofrecen remedios precipitados y equivocados, como el fácil acceso a la muerte, una solución fácil que parece dulce pero que en realidad es más amarga que las aguas del mar?".
A propósito de esta ley, el Papa reaccionó con franqueza al día siguiente de su aprobación por el Parlamento portugués, confesando durante una audiencia: "Estoy muy triste, porque en el país donde se apareció la Virgen se ha promulgado una ley para matar, un paso más en la larga lista de países con eutanasia".
Dar esperanza a los jóvenes
Dirigiéndose a las autoridades y al cuerpo diplomático del país, el Papa expresó también su tristeza por el descenso de la natalidad en Europa. "El progreso parece ser una cuestión de desarrollo técnico y de confort individual, mientras que el futuro nos exige contrarrestar el descenso de la natalidad y la disminución del deseo de vivir", dijo, pidiendo una "buena política" capaz de "generar esperanza".
El Papa habló de esperanza, dando la bienvenida a los jóvenes que habían acudido a Lisboa para cultivar "el deseo de unidad, paz y fraternidad". Pidió a los responsables políticos que trabajen por "el futuro". Los jóvenes de hoy se enfrentan a muchos retos, que el Papa enumeró: "la falta de trabajo, el ritmo frenético en el que están inmersos, el aumento del coste de la vida, la dificultad de encontrar vivienda y, lo más preocupante de todo, el miedo a formar una familia y traer hijos al mundo".
Otro de los retos que destacó el Obispo de Roma fue el del medio ambiente. El autor de la encíclica Laudato Si' subrayó que Portugal y Europa realizan "esfuerzos ejemplares para proteger la creación". Pero, añadió, "el problema global sigue siendo extremadamente grave: los océanos están sobrecalentados y, desde sus profundidades, están subiendo a la superficie la fealdad con la que hemos contaminado nuestra casa común".
Finalmente, la última "obra de esperanza" propuesta por el Papa fue la de la "fraternidad", tema clave del pontificado de Francisco. Alabó el "sentido de la vecindad y de la solidaridad" tan presente en Portugal, "ciudad de océanos". Antes, había reiterado la importancia de "pensar en las fronteras como zonas de contacto, no como fronteras que separan".
El resto del programa del Papa
En su primer discurso en Portugal, el único que debía pronunciar en italiano, el Papa Francisco recibió el aplauso atronador de la asamblea. Esta tarde, el Papa se entrevistará con el Presidente de la Asamblea de la República, Augusto Ernesto dos Santos Silva, y después con el Primer Ministro, Antonio Costa, en la Nunciatura Apostólica.
La jornada concluirá con las vísperas, a las 17.30 (hora de Lisboa), en el monasterio de los Jerónimos, con obispos, sacerdotes, consagrados, diáconos, seminaristas y todos los agentes de pastoral del país. El Papa pronunciará una homilía en este monumento renacentista, patrimonio mundial de la UNESCO, situado a unos 7 kilómetros de la Nunciatura Apostólica.