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Hoy más que nunca, oremos por nuestros sacerdotes

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Mónica Muñoz - publicado el 28/08/23
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Oremos sin descanso, nuestros sacerdotes nos necesitan para perseverar en su vocación y servicio a la Iglesia

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Los sacerdotes de todo el mundo han sido consagrados para administrar los sacramentos a los fieles católicos, pero también para ser pastores, padres y evangelizadores. Su labor no es sencilla, por eso, todos tenemos la obligación de orar para ayudarlos a mantenerse fieles en su ministerio.

Hay muchas y muy hermosas oraciones que podemos hacer para este fin, aquí presentamos una muy bella, compuesta por el Cardenal Richard Cushing ((Boston, 24 de agosto de 1895 – Boston, 2 de noviembre de 1970).  Recemos con mucha fe y devoción.

Oración por los sacerdotes

Oh Dios eterno y omnipotente, mira al rostro de tu Cristo, y por amor a Él, que es el Sumo y Eterno Sacerdote, ten piedad de tus sacerdotes. Recuerda, Dios misericordioso, que no son sino unos seres humanos débiles y frágiles. Renueva en ellos la gracia que han recibido por la imposición de las manos del obispo. Guárdalos cerca de ti para que el enemigo no prevalezca contra ellos; a fin de que nunca hagan nada que desdiga en punto alguno de su sublime vocación.

Oh Jesús, a ti ruego por tus sacerdotes fieles y fervorosos; por tus sacerdotes infieles y tibios; por tus sacerdotes que laboran en casa o fuera, en campos de misión; por tus sacerdotes jóvenes y mayores; por tus sacerdotes moribundos; por las almas de tus sacerdotes en el purgatorio.

Pero sobre todo te encomiendo a los sacerdotes que me son más queridos: al sacerdote que me bautizó; a los sacerdotes que me absolvieron de mis pecados; a los sacerdotes a cuyas Misas asistí, que me dieron tu Cuerpo y tu Sangre en la Sagrada Comunión; a los sacerdotes que me enseñaron y me instruyeron o me animaron y me ayudaron; a los sacerdotes a quienes debo algo en cualquier otro modo.

Especialmente por…

Oh Jesús, guárdalos a todos cerca de tu Corazón y bendícelos copiosamente, así en el tiempo como en la eternidad. Amén.

Las alegrías de tener a un sacerdote en la familia:

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