Oración inicial para cada viernes primero de mes:
Oh Dios que en el corazón de tu hijo herido por nuestros pecados has depositado infinitos tesoros de caridad te pedimos que al rendirle el homenaje de nuestro amor le ofrezcamos una cumplida reparación por Jesucristo Nuestro Señor Amén.
Primer viernes
Promesa: Yo te prometo, en el exceso de la misericordia de mi corazón, que mi amor omnipotente concederá a todos los que comulguen los primeros viernes de mes durante nueve meses consecutivos, la gracia de la penitencia final, y que no morirán sin mi gracia y sin recibir los santos sacramentos, asegurándoles mi asistencia en la última hora.
Ofrecimiento:
¡Oh, buen Jesús, que prometiste asistir en vida, y especialmente en la hora de la muerte, a quien invoque con confianza tu Divino Corazón!
Te ofrezco la comunión del presente día, a fin de obtener por intercesión de María Santísima, tu Santa Madre, la gracia de poder hacer este año los nueve primeros viernes que deben ayudarme a merecer el cielo y alcanzar una santa muerte. Amén.
Oración después de la comunión para los primeros viernes de cada mes:
Jesús mío dulcísimo, que en tu infinita dulcísima misericordia prometiste la gracia de la perseverancia final a los que comulguen en honra de tu Sagrado Corazón los nueve primeros
viernes de mes seguidos; acuérdate de esta promesa y a mí, indigno siervo tuyo que acabo de recibirte sacramentado con este fin e intención, concédeme que muera detestando todos
mis pecados, creyendo en ti con fe viva, esperando en tu inefable misericordia y amando la bondad de tu amantísimo y amabilísimo Corazón. Amén.
V. En los cielos y en la tierra sea para siempre alabado,
R. el corazón amoroso de Jesús Sacramentado.
Oración final para cada viernes primero de mes:
Jesús mío, te doy mi corazón, te consagro toda mi vida, en tus manos pongo la eterna suerte de mi alma y te pido la gracia especial de hacer mis nueve primeros viernes con todas las disposiciones necesarias para ser partícipe de la más grande de tus promesas, a fin de tener la dicha de volar un día a verte y gozarte en el cielo. Amén.