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México guadalupano surgió en Guadalajara, Jalisco, hace seis años, y desde hace tres, se encarga de llevar una imagen de la Virgen de Guadalupe a hospitales públicos a fin de que los enfermos, que no pueden salir a su encuentro, sean visitados por ella.
La iniciativa de la caravana de la salud, impulsada por esta asociación, comenzó a visitar hospitales a raíz de la pandemia del Covid 19. Al ver que, con el confinamiento y la crisis sanitaria, sería especialmente complicado para las personas ir a visitar a la Virgen, utilizaron un carro alegórico para que la Virgen fuera hasta los enfermos y sus familias.
"Tuvimos una experiencia muy bonita porque ahí los familiares que no pueden visitar a la Virgen ese día, porque tienen una razón justificada, ven cómo la Virgen los visita a ellos. Con mucha fe, la gente se entrega en oración. Es un momento con mucho sentimiento para pedir por sus familiares".
La imagen de la Virgen permanece unos momentos afuera de cada hospital que visita para que el personal médico y los familiares de los enfermos se acerquen a tener un breve espacio de oración ante la imagen.
Este momento toma un significado especial cuando los laicos de México guadalupano recuerdan, en cada una de estas visitas, que el primer milagro concedido por intercesión de la Virgen de Guadalupe fue la curación física de Juan Bernardino, tío del indio Juan Diego, para sembrar un mensaje de esperanza en ellos.
Después de esta visita, la caravana se retira y continúa su recorrido, pero la imagen se queda en los hospitales gracias a las estampas que reparte la asociación.
Es preciso que seamos nosotros
Todas las iniciativas promovidas por México guadalupano están encaminadas a fomentar la devoción guadalupana.
Pedro comentó para Aleteia que los mexicanos debemos sentirnos representados en Juan Diego. “Muchas veces hablamos como habló Juan Diego (con evasivas), queremos poner pretextos, queremos que sean otros los enviados y no sabemos por dónde ir. Entonces, el mensaje que la Virgen nos da a través del Nican Mopohua, es que es preciso que seamos nosotros, que ella va a recompensar todos nuestros esfuerzos y muchas veces hemos visto y palpado que ese mensaje se replica. Lo que nosotros tenemos que hacer es dar el primer paso, hacer algo”.
El momento en que la Virgen se apareció en el Tepeyac en 1531 estaba marcado por el caos y parecía no haber motivos para la esperanza y fue ahí “cuando nació la nación, cuando tuvo un sentido, una trascendencia”.
Ahora, casi 500 años después, en México la situación vuelve a ser complicada por la corrupción, violencia y crisis en diferentes ámbitos. Es por ello que el país necesita nuevamente de la Guadalupana; sin embargo, la invitación de México guadalupano es que no esperemos que la Virgen se aparezca nuevamente.
"Lo que ahora nos toca es lo que está de nuestra parte, lo que debemos hacer es fomentar la fe, asistir a los sacramentos, fomentar la devoción guadalupana. Hay mucho por hacer".
Con presencia en más de 200 parroquias en México, Estados Unidos, Honduras, Venezuela y Argentina; y cuatro delegaciones dentro de la república mexicana, esta asociación realizó el recorrido de hospitales y convocó a una procesión solemne el domingo 10 de diciembre en Guadalajara, Jalisco. Los asistentes acompañaron a la virgen con cantos y rezos durante los 6.5 kilómetros que los separaban del santuario de nuestra señora de Guadalupe, donde culminaron la peregrinación con una celebración eucarística.