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Torres de iglesias que emergen de la bruma matinal vistas desde la perspectiva del cielo, capillas radiantes con el sol naciente, cruces al borde de la carretera y cementerios de guerra: las fotos de este sacerdote son impresionantes.
"La iglesia, con su altísimo campanario, conecta la tierra con el cielo. Dentro hay paz y tranquilidad, y el hermoso interior recuerda al paraíso. Todas las personas que están allí son hermanos y hermanas, hijos de un mismo Dios", escribe el padre Marcin Gadek, un sacerdote cuya pasión es la fotografía de paisajes. Este presbítero combina las imágenes captadas digitalmente con la evangelización.
Un descubrimiento accidental
Este sacerdote de Szerzyny (Polonia) comenzó su aventura con la cámara cuando aún estaba en el seminario. Descubrió su pasión por accidente. Empezó a tener graves problemas en las rodillas, lo que le llevó a varias operaciones. Como parte de su rehabilitación, el P. Marcin empezó a hacer senderismo por las montañas.
"Varios traumatólogos me lo desaconsejaron. Me dijeron: 'Búscate otra pasión'. Pero yo era terco", dice. "Y podría decirse que esta obstinación, y el hecho de que conocí a algunos médicos y rehabilitadores estupendos, salvaron mi salud, porque el cuerpo tiene una gran capacidad de regeneración", afirma el P. Marcin en una entrevista en un sitio web de noticias polaco.
Las hermosas vistas de las montañas pedían ser fotografiadas. Al principio, el sacerdote fotografiaba paisajes e insectos; con el tiempo, añadió iglesias, santuarios de carretera y cruces a su repertorio. Compró un dron y obtuvo todos los permisos necesarios para pilotarlo y hacer fotos.
Experiencia fotográfica internacional
Un momento decisivo para el P. Marcin fue cuando conoció al fotógrafo polaco Piotr Skrzypec, que vive en Eslovenia. Invitado por él, el P. Marcin viajó al país y participó en extraordinarias sesiones fotográficas.
"Visitamos iglesias no solo en Eslovenia, sino también en Rumanía. Allí los edificios religiosos están situados en colinas, y como la gente tiene un enfoque de la fe distinto al de nuestro país, las iglesias no se renuevan y conservan su aspecto original", dice el P. Marcin en una entrevista.
El P. Marcin admite que esta pasión le enseña a tener paciencia, porque de muchas tomas puede que solo haya una nítida y con buena iluminación.
"A veces vas a hacer fotos y vuelves sin nada, pero el hecho de conocer la belleza de la naturaleza te acerca a Dios y te enriquece", explica. Añade que las fotos que publica son una especie de retiro fotográfico.
Iglesias desde la perspectiva del cielo
Toma fotos de lugares comunes por los que solemos pasar de camino al trabajo o a la escuela. Quiere llamar la atención sobre el hecho de que, como vivimos con prisas constantes, a menudo no reparamos en la belleza. Publica sus fotografías en Facebook, en su página "Iglesias del cielo" ("Kościoły z nieba"). Debajo de cada foto que publica, añade una descripción con información sobre el tema y el lugar. A menudo añade una breve historia del lugar, una cita bíblica, una oración o la letra de una canción.
En junio de 2023, el padre Marcin publicó en su perfil una fotografía y la historia de una histórica iglesia de madera en Dębno Podhalańskie. Allí se encuentra un inusual confesionario.
En la descripción del post leemos:
"Junto a la estola colgante, a espaldas del sacerdote, hay un bajorrelieve que representa al Señor Jesús abrazando a un hombre cojo y cansado contra su corazón. Tanto el Señor Jesús como el hombre tienen los pies negros descalzos. El hombre abrazado por el Señor Jesús en este bajorrelieve es el hombre que hizo el confesionario, un pobre montañés llamado Joseph Janos. A los 19 años, fue reclutado por el ejército austrohúngaro y combatió en los Alpes, en el frente italiano. Al cabo de dos años, regresó a Debno como inválido, con profundos traumas mentales y los pies congelados. Construyó él solo una casa de madera y se dedicó a esculpir figuras para santuarios de carretera o interiores de iglesias. Hacía sus esculturas para gloria de Dios. Solía decir de sí mismo que era un simplón y, sin embargo, se le considera uno de los artistas populares polacos más destacados".
"El que se arrodilla, ve más"
También hay una foto en la que no hay iglesia, pero el fotógrafo aparece arrodillado para hacer una bella foto.
"Ante la belleza de las montañas, siento que Él existe, y entonces empiezo a rezar", dijo San Juan Pablo II. En esta foto no hay ninguna iglesia, pero cuando el fotógrafo se arrodilló para hacer la foto, pensé que arrodillarse nos da la mejor perspectiva de la belleza y la bondad del Creador, y en la belleza del mundo uno puede, como en una iglesia, sentir Su Presencia. Sobre todo porque la tarde de ayer en Polonina Tsarinskaya fue muy hermosa y llena de la bondad de Dios".
El sacerdote explica que en el mundo que nos rodea podemos ver la bondad y la omnipotencia de Dios. Solo necesitamos detenernos un momento y romper con nuestras obligaciones cotidianas. "Dios está ahí esperando a que alguien abra el obturador de la cámara", dice el P. Marcin en otra entrevista.
El P. Marcin promueve la fotografía entre los feligreses y los jóvenes en general. Organiza concursos y exposiciones y dirige retiros fotográficos. "Que tu vida cotidiana sea un descubrimiento de la obra del Divino Niño en asuntos y deberes cotidianos aparentemente insignificantes", dice bajo una de sus fotos.