La palabra de Dios, en el Evangelio de san Marcos (2, 18-22), habla sobre el ayuno y el vino nuevo que no debe echarse a odres viejos, porque los rompería:
"Un día en que los discípulos de Juan y los fariseos, fueron a decirle a Jesús: '¿Por qué tus discípulos no ayunan, como lo hacen los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos?'.
Jesús les respondió: '¿Acaso los amigos del esposo pueden ayunar cuando el esposo está con ellos? Es natural que no ayunen, mientras tienen consigo al esposo. Llegará el momento en que el esposo les será quitado, y entonces ayunarán.
Nadie usa un pedazo de género nuevo para remendar un vestido viejo, porque el pedazo añadido tira del vestido viejo y la rotura se hace más grande.
Tampoco se pone vino nuevo en odres viejos, porque hará reventar los odres, y ya no servirán más ni el vino ni los odres. ¡A vino nuevo, odres nuevos!'".
Su Santidad, el Papa Francisco hizo una reflexión sobre este pasaje en la que nos invita a evitar frases y actitudes como "eso siempre se ha hecho así" pues son señal de alguien que no está abierto al Espíritu Santo y su acción.
Para profundizar más en este pasaje te invitamos a ver el video para consultar la meditación semanal de Aleteia.