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El Papa Francisco advirtió contra la ira, el "vicio terrible" que destruye las relaciones humanas, durante su audiencia general del 31 de enero de 2024. Ante varios miles de personas reunidas en el Aula Pablo VI del Vaticano, ofreció algunos remedios para combatir este vicio y estableció una distinción entre la "santa indignación" y la mala ira.
Tras la gula, la lujuria y la avaricia, el Papa Francisco continuó su serie de catequesis sobre los vicios y las virtudes profundizando en el tema de la ira.
"Es un vicio que destruye las relaciones humanas", advirtió el pontífice de 87 años, un vicio "capaz de privarnos del sueño" y que a menudo está en el origen de las guerras y la violencia. Por supuesto, el hombre "no es responsable de la aparición de la ira", reconoció, "pero siempre de su desarrollo".
El Papa habló de situaciones en las que "empezamos a odiar el tono de [la] voz" de la otra persona que no piensa de la misma manera, o de aquellas veces en las que la ira no se desata contra el culpable, "sino contra el primer desafortunado". Tal es el caso de los hombres que contienen su ira en el trabajo "pero que, una vez en casa, se vuelven insoportables para sus esposas e hijos".
"Una de las características de la ira es que no siempre se calma con el tiempo", continuó el Papa, invitando a todos a resolver "inmediatamente" los malentendidos y los errores que provocan la ira, porque puede hacer que las personas "pierdan la lucidez". "Por tanto, todos debemos aprender a perdonar", insistió el jefe de la Iglesia católica.
Ofreciendo algunos remedios para las personas enfadadas, el Papa enumeró las cosas que pueden "contrarrestar" este vicio: "es la benevolencia, la apertura del corazón, la dulzura, la paciencia".
La cólera puede ser sana
Al final de su catequesis, el Papa distinguió entre la "santa indignación" y la "mala" ira. "Si una persona no se enfada nunca, si no se indigna ante la justicia, si no siente una agitación en las entrañas ante la opresión de un débil, eso significaría que no es humana y menos aún cristiana", advirtió el Obispo de Roma.
Por último, el Papa animó a todos a encontrar la "justa medida de las pasiones", y a "educarlas" para que "se orienten hacia el bien".