El Padre Marcin Jablonski, un joven sacerdote polaco que reside en Barcelona, participó en el rally Dakar que finalizó en Arabia Saudí con la victoria de Carlos Sainz. Gracias a su labor, en la competición hubo un espacio para la fe y Cristo estuvo presente en medio del desierto
El pasado 19 de enero el veterano piloto de coches, Carlos Sainz, acompañado por su copiloto Lucas Cruz, se proclamó vencedor por cuarta vez del Rally Dakar, el más duro del mundo.
Después de 12 etapas y de recorrer más de siete mil 800 km entre dunas de arena y caminos pedregosos, Sainz regresó a España como campeón y concedió varias entrevistas.
La fe de Carlos Sainz
De todos es sabido que Sainz es un hombre de profundas convicciones cristianas, ya que lo ha manifestado en diferentes entrevistas. Pero en esta ocasión explicó a los medios que entre su equipo había un capellán y que éste bendijo su automóvil, un Audi de propulsión eléctrica, antes de iniciar la carrera.
"Ya sabéis que yo soy creyente y sí, había un sacerdote en el equipo y yo le pedí que bendijera el coche antes de la carrera. Fue el único que bendijo de los tres... Me regaló una medallita, que fue todo el Dakar dentro del coche... y la verdad es que ha funcionado".
Sacerdote aficionado a los coches
El responsable de la bendición fue el joven sacerdote polaco Marcin Jablonski L.C, miembro de Regnum Christi y ordenado en Barcelona en enero de 2023, donde trabaja en el Colegio Real Monasterio de Santa Isabel.
Uno de los ingenieros del equipo Audi, Dani Gratacós, conoce al Padre Marcin por que lleva a sus hijos a ese colegio. Hace meses, durante una conversación con él, le comentó su afición por los coches y las carreras deportivas, así que Dani le animó a participar en la competición del Dakar.
Dejar la comunidad
Sin embargo, el Padre Marcin no veía factible poder ausentarse de su comunidad de los Legionarios de Cristo y de su labor en el colegio durante los 20 días que duraba la carrera. Además, había que desplazarse hasta Arabia Saudí.
Pero sus superiores accedieron y le dieron permiso. Vieron que detrás de esa oportunidad había algo más: una misión especial preparada por Dios para él. También el obispo auxiliar de Barcelona, don Javier Vilanova, le aconsejó "ser humilde, estar ahí con lo que soy y como soy, haciendo presente a Cristo entre ellos". Además, le dio varias medallas y una reliquia del Padre Pío, que también acompañaron a Carlos Sainz en su coche.
Capellán y conductor
El Padre Marcin ha vivido toda una experiencia. Además de ser el capellán del equipo Audi, formaba parte del personal auxiliar y conducía una de las autocaravanas. Era uno más: colaboraba en la organización del campamento, colaboraba en el vivac o se encargaba de los coches.
Pero su labor allí no solo era ensuciarse las manos, sino que como sacerdote debía transmitir algo más. "Eso es lo que intentaba ser. Cada mañana en la oración me recordaba que hay algo por hacer, sobre todo, estar presente en medio de esas personas del Dakar".
Encuentro espiritual
Gracias a su presencia se generó un espacio para el encuentro espiritual y Cristo estuvo presente en medio del desierto. El Padre Marcin celebró Misa diaria y atendió espiritualmente a muchas personas, incluso mientras conducía la autocaravana.
Reconoce que "es una experiencia muy bella ver cómo personas, que quizás nunca habían tenido trato cercano con un sacerdote, se acercaban con preguntas personales" y cuenta divertido que al principio algunos no se creían que fuera sacerdote hasta que les enseñaba su cuenta de Instagram, donde aparecía oficiando Misas.
Buscar un lugar tranquilo
A pesar de sentirse a gusto con los compañeros de equipo y con su labor, en ocasiones echaba en falta una capilla o un lugar tranquilo, sosegado y silencioso. Para un sacerdote religioso vivir en esas circunstancias es algo muy extraordinario. Él necesitaba dónde poder estar con el Señor y recoger fuerzas.
Por supuesto, también extrañaba mucho su comunidad: "Estar 20 días en un desierto sin tus hermanos, que entienden tu vida y las exigencias de la vida religiosa, es algo que he echado de menos durante estos días. Pero sé que me han apoyado con sus oraciones".
Bendición de vehículos
Según explica el Padre Marcin, Carlos Sainz ya sabía que él iba a venir al Dakar, así que lo primero que le pidió fue que bendijera su coche. El mismo piloto afirmó:
"Nos han silbado las balas por todos lados y yo creo que, el ángel de la guarda que nos destinó el Padre a cuidar el coche -y a nosotros- ha funcionado".
Según Sainz durante la carrera hubo situaciones de las que se salvaron por los pelos y que han sido casi milagrosas.
El joven sacerdote polaco también compartió rezos y bendijo las motos del equipo de español ALL1. Esta aventura le ha demostrado que la fe puede estar presente en todos los ámbitos de la vida.