separateurCreated with Sketch.

¿Ya no tienes ganas de rezar? Lee esto

UPSET WOMAN
whatsappfacebooktwitter-xemailnative
Edifa - published on 31/01/20
whatsappfacebooktwitter-xemailnative

Muchos abandonan la oración cuando se vuelve difícil de hacer o porque sienten que la oración es inútil, y terminan pensando erróneamente que han perdido la alegría de ser cristianos

La alegría es cristiana porque es, junto con la paz, el fruto de la caridad. Quien vive de Dios y en Dios, quien se alimenta de la Eucaristía y del perdón, y sobre todo quien lo autentifica, amando a los demás como Jesús los amó, está siempre alegre de haber encontrado al Señor y de no estar separado de Él.

Sin embargo, la alegría no siempre va acompañada de placer. El placer es la alegría sensible de los sentimientos, de las pasiones, del cuerpo.

Es el florecimiento del gozo del alma, pero la vida impone otras leyes que no son el placer continuo. Muchos hacen las cosas sólo si le complace. Si llegan las pruebas, las tentaciones o la simple erosión de los días, el placer se disminuye y a veces se extingue. Este es a veces el caso de la oración.

La trampa del diablo

Puede ser que ayer rezar fuera fácil para nosotros. Nos transportaba, nos conducía. Y que hoy rezar sea difícil para nosotros.

Ya no nos transporta y, sobre todo, “no nos aporta nada”. Pero si sentimos que hemos perdido el gozo de ser cristianos, es un error.

Simplemente hemos confundido el placer sensible con la alegría del alma. Si dejamos de rezar hasta que vuelva el placer, ¿qué sentido tiene?

Esto se puede encontrar incluso entre aquellos que se toman en serio su vida de oración, incluyendo a las personas consagradas: cuando no tengo ganas de rezar, no rezo.

Todos los pretextos del mundo se emplean entonces para apoyar esta actitud. Es una trampa, inventada por un pequeño diablo.

Detrás de la defensa habitual: “Es nuestra generación, somos frágiles, etc.”, está la tentación de la acedia, que es de todas las generaciones.



Read more:
Cómo el Diablo te entristece

La acedia es la resignación voluntaria, sostenida y por tanto pecaminosa ante la urgencia de la oración. Es la tentación de los espirituales.

La oración es la cita del alma con Dios, que siempre acude a ella. ¿Acaso vendremos sólo cuando nos apetezca? Esto no sólo es notablemente grosero, sino que es sobre todo un error: sólo Dios puede darnos la alegría cuando más la necesitamos.

 

Por fray Thierry-Dominique Humbrech

¿Te ha gustado leer este artículo? ¿Deseas leer más?

Recibe Aleteia cada día.

Apoye Aleteia

Usted está leyendo este artículo gracias a la generosidad suya o de otros muchos lectores como usted que hacen posible este maravilloso proyecto de evangelización, que se llama Aleteia.  Le presentamos Aleteia en números para darle una idea.

  • 20 millones de lectores en todo el mundo leen Aletiea.org cada día.
  • Aleteia se publica a diario en siete idiomas: Inglés, Francés, Italiano, Español, Portugués, Polaco, y Esloveno
  • Cada mes, nuestros lectores leen más de 45 millones de páginas.
  • Casi 4 millones de personas siguen las páginas de Aleteia en las redes sociales.
  • 600 mil personas reciben diariamente nuestra newsletter.
  • Cada mes publicamos 2.450 artículos y unos 40 vídeos.
  • Todo este trabajo es realizado por 60 personas a tiempo completo y unos 400 colaboradores (escritores, periodistas, traductores, fotógrafos…).

Como usted puede imaginar, detrás de estos números se esconde un esfuerzo muy grande. Necesitamos su apoyo para seguir ofreciendo este servicio de evangelización para cada persona, sin importar el país en el que viven o el dinero que tienen. Ofrecer su contribución, por más pequeña que sea, lleva solo un minuto.

banner image
Top 10
See More
Newsletter
¿Te ha gustado leer este artículo? ¿Deseas leer más?

Recibe Aleteia cada día.