Un incensario es un recipiente o vaso de metal, en el cual se quema el incienso para honrar a Dios o a los santos, pero este es especial…
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Antes del cristianismo, el incensario era usado, además de en otras funciones religiosas paganas, para encender los cirios que abrían el cortejo del emperador romano. Los papas adoptaron esta costumbre y llevaron el incensario alrededor del altar.
El uso del recipiente en las iglesias cristianas de remonta al siglo IV, pero es en el siglo IX cuando surgen las incensaciones del altar y del clero.
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El incensario utilizado hoy en la liturgia católica se llama turíbulo y sus dimensiones normales son en torno a 20 centímetros de altura. Su peso es lo suficientemente liviano para que incluso los niños puedan usarlo cuando actúan de monaguillos en ceremonias litúrgicas, como es el caso de la bendición eucarística, durante la cual es incensado el Santísimo Sacramento.
Pero existe un turíbulo muy peculiar en la catedral de Santiago de Compostela, en España: tiene 1,50 m de altura y pesa nada menos que 53 kilos. Se eleva a 20 metros de altura y, cuando es manejado mediante cuerdas para esparcir el incienso por la catedral, ¡puede llegar a la impresionante velocidad de 70km/h!
Ese enorme turíbulo es conocido con el nombre de “Botafumeiro”, que, en gallego, significa algo como “esparcidor de humo”. El original fue construido en 1554 y robado por las tropas francesas en 1809. El actual fue fabricado en 1851.
El Botafumeiro antes se usaba en todas las misas dominicales, pero hoy está reservado sólo unas doce fechas solemnes al año.
Mira el vídeo arriba: el mayor turíbulo del mundo “en plena acción” en la catedral de Santiago de Compostela.