1. Lanciano – Italia – alrededor del año 700
Este milagro se llevó a cabo en el Monasterio de San Legoziano, de los monjes de San Basilio. Fue sometido al análisis científico del Dr. Odoardo Linoli, jefe de servicio de los Hospitales Reunidos de Arezzo y profesor de anatomía e historia patológica y de química y microscopia clínica; y el Dr. Ruggero Bertelli, profesor emérito de anatomía humana normal en la Universidad de Siena.
Resultados: Informe del 4 de marzo de 1971:
- La carne es verdadera carne.
- La sangre es verdadera sangre.
- La carne pertenece al tejido muscular del corazón (miocardio, endocardio y nervio vago).
- La carne y la sangre son del mismo tipo AB y pertenecen a la especie humana. Obs: es el mismo tipo de sangre encontrado en la Sábana Santa de Turín.
- Se trata de carne y sangre de una persona viva,ya que la sangre es la misma que se habría podido tomar ese día de un ser vivo.
- En la sangre fueron encontrados, además de las proteínas normales, los siguientes minerales: cloretos, fósforos, magnesio, potasio, sodio y calcio.
- La conservación de la carne y la sangre, dejados en estado natural por 12 siglos y expuestos a la acción de agentes atmosféricos y biológicos, permanece un fenómeno extraordinario.
Los científicos dijeron a los monjes: “Es el Verbo hecho Carne”.
2. Orvieto – Bolsena – Italia – 1263
Jesús había pedido a santa Juliana de Cornillon (1258) la introducción de la fiesta del “Corpus Christi” en el calendario litúrgico de la Iglesia.
El sacerdote Pedro de Praga, de Boemia, celebró una misa en la cripta de Santa Cristina, en Bolsena, y entonces, ocurrió el milagro: de la hostia consagrada cayeron gotas de sangre sobre el corporal…
El papa Urbano IV (1262-1264) residía en Orvieto y ordenó al obispo Santiago llevar las reliquias de Bolsena a Orvieto.
El papa emitió la Bula Transiturus de mundo, el 11 de agosto de 1264, donde prescribió que el jueves después de la octava de Pentecostés se celebre la fiesta en honor del Cuerpo del Señor.
Santo Tomás de Aquino fue encargado por el papa de componer el Oficio de la celebración. En 1290 fue construída la Catedral de Orvieto, llamada “lirio de las catedrales”.
3. Ferrara – 28/03/1171
Este milagro sucedió en la Basílica de Santa María in Vado. Se propagaba con peligro la herejía de Berengario de Tours, que negaba la Eucaristía.
El sacerdote Pedro de Verona, con tres sacerdotes celebraban la misa de Pascua; la hostia se transformo en carne, salió sangre que alcanzó el altar, cuyas marcas son visibles en nuestros días.
Documentos: Breve del cardenal Migliatori (1404). – Bula de Eugenio IV (1442), encontrada en Roma en 1975. En Londres, en 1981, se encontró un documento de 1197 narrando el hecho.
4. Offida – Italia – 1273
Ricciarella Stasio – devota imprudente, realizaba prácticas supersticiosas con la Eucaristía; esta se transformó en carne y sangre en una de las sesiones. Fueron entregados al sacerdote Giacomo Diattollevi – conservados hasta hoy. Hay muchos testimonios históricos.
5. Siena – Italia – 1330
Un sacerdote colocó indevidamente una hostia dentro de su breviario para llevarla a un enfermo grave. La hostia se licuó en sangre y mojó las páginas del libro. Esas páginas se veneran en Cassia, en la Basílica de Santa Rita de Cassia, como “Corpus Domini”.
6. Turín – Italia – 1453
La iglesia y el sagrario de la Catedral de Milán fueron saqueados y el ostensorio de plata fue robado y colocado en un carruaje, y llevado a Turín.
Ahí, el caballo paró frente a la Iglesia de San Silvestre, el ostensorio cayó al suelo, y salió volando, con gran esplendor, como el sol.
Se llamó al obispo Ludovico Romagnano. El ostensorio cayó al suelo y la hostia quedó volando. Descendió enseguida dentro de un cáliz asegurado por el obispo.
Documentos: Hechos capitulares, de 1454 a 1456 y la Construcción de la Iglesia “Corpus Domini”.
7. Siena – Italia – 1730
En la Basílica de San Francisco, en Siena, unos ladrones que robaron en la iglesia arrojaron al suelo 223 hostias consagradas. Fueron halladas entre las limosnas y otros papeles. Guardadas no se echaron a perder.
A partir del 1914 se realizaron exámenes químicos que comprobaron que el pan estaba en perfecto estado de conservación.